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26 septiembre 2011

NO HAY TIEMPO PARA EL DEPORTE


Cuando llega el momento de los reconocimientos médicos en mi centro de trabajo, a veces llega el pánico o la decepción o la frustración. En esos días todo el mundo sale algo tocado e, invariablemente, los médicos aconsejan ejercicio, dieta sana y vida sana en general. No estoy rodeado de obesos o dilapidadores de salud pero, sí, en muchos casos la salud deja mucho que desear. Y es, entonces, cuando llegan las inquietudes y las propuestas e intenciones de hacer más ejercicio y vida sana, aunque, lamentablemente ese impulso no dura más de una semana. Y, claro, al año siguiente vuelven las malas noticias, aderezadas además de más alarmismo porque se tiene un año más.
A la semana de iniciar un plan sano, casi todo el mundo vuelve a su rutina diaria y si se andó durante unos días o se nadó e, incluso, -en el menor de los casos- corrió, todo eso pasa pronto al olvido, justificando todo el mundo no tener tiempo para hacer deporte.
Es decir, ¡que no se dispone de media hora diaria y una hora los fines de semana! Esa es una frase preconcebida que cada día me creo menos. Todo el mundo dispone de tiempo para hacer deporte si su motivación es alta y su hábito estable, pero ocurre que siempre se posterga ese rato dedicado al deporte porque se da prioridad hasta a lo más ínfimo, entre lo que se incluye estar haciendo zapping durante más de media hora o lo que es peor, deteniéndose un rato en Tele5.
Se piensa o al menos a mi me lo dicen que los que corremos lo hacemos porque estamos dedicado a ello. Pero no es verdad. Ni estamos dedicados a esto por obligación o profesión alguna, ni nadie nos obliga. Nos obligamos nosotros mismos.
Es más, en ocasiones, -suelo decir- para poder sacar una hora para correr tengo que salir a horas intempestivas o no habituales y renunciar a otras cosas importantes. De hecho, sin ir más lejos, el pasado domingo, sabedor de la complicación de la agenda, corrí durante once kilómetros a las tres de la tarde, no bajando el termómetro de los treinta grados. Pero lo más curioso es que corriera esa distancia en apenas cincuenta minutos, a pesar del fuerte calor. Si yo puedo, todo el mundo puede hacerlo o al menos intentarlo, aunque me temo que eso es mucho pedir.

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  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...