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18 julio 2020

UNA RUTA POR CAMINOS PEDREGOSOS Y CON FUERTE CALOR

Hoy he comenzado mi ruta sabatina a las diez de la mañana, una hora ya peligrosa para hacer cualquier actividad en la calle, mucho más para correr, sobre todo teniendo en cuenta que el termómetro pronto superaría los 35º. Pero aún así, me sentí bien, aunque no fuerte como en otras ocasiones.
Scott ZAPATILLA KINABALU Zapatillas de running hombre Opté por una ruta pedregosa por caminos solitarios y calurosos de la Vega granadina, por lo que la mejor opción era elegir las zapatillas de trail Scott Kinabalu, que apenas han conocido las piedras, a excepción de dos entrenos, uno de ellos por la Sierra de Huétor. Al poco de adquirirlas llegó el obligatorio confinamiento y con posterioridad, a partir del día dos de mayo, cuando ya se podía correr en la calle, los circuitos eran urbanos. Y aunque es una zapatilla que no se desenvuelve mal en asfalto, no es el terreno para la que ha sido concebida.
Pero hoy sí ha disfrutado, y yo con ella.
A más de las once de la mañana cuando el sol estaba ya casi en todo lo alto, me adentraba por un camino de vega sin salida para cumplir con la distancia de once kilómetros que me había propuesto y volvieron a surgir las buenas sensaciones, toda esa mezcla de épica, calor y soledad que tanto me gusta experimentar cuando corro. Me detuve a orinar durante unos minutos bajo una frondosa moreda, junto a una acequia que lanzaba al viento su constante y relajante rumor de agua y oteé el paisaje a mi alrededor. Podía ver los picachos de Sierra Elvira, con su torreón nazarí, un lugar con historia, y me encontraba en el lugar en el que transcurrió la gran Batalla de la Higueruela que enfrentó a los reinos cristianos y al nazarí, cada vez más amenazado, y todo me parecía mágico. Tenía por delante cinco kilómetros y medio y el calor iba en aumento pero eso no me preocupaba lo más absoluto en ese momento.
Espero que las perneras, que llevaba tiempo sin utilizar, ayuden a que a que la pertinaz tendinitis del talón de Aquiles no me impida correr mañana. Por lo pronto, mientras escribo esta entrada, no está nada mal a falta de otra sesión de hielo antes de ir a la cama.  

22 enero 2013

CORRER EN ENERO CUESTA TANTO COMO LA CUESTA

Correr en enero cuesta; tanto como la cuesta de este mes, que para cada vez más gente es tarea casi imposible subir. Pero no son los motivos económicos los que impiden a un correr concienzudo correr en cualquier mes del año, sino los climatológicos. 
Como sabéis quienes seguir este blog con cierta frecuencia, no soy corredor que me amedrante ante la climatología adversa. He corrido con lluvia torrencial, bajo un inmenso manto de nieve, bajo un frío polar, en mitad de una temible tormenta y también con calor; y en pocas ocasiones he desistido de mi entrenamiento si ya me he enfundado la ropa de entrenamiento o he ido con el coche hasta el lugar de ese entrenamiento. En otras palabras, pocas veces he desistido. 
Sin embargo, tengo un gran enemigo -creo que lo tenemos todos los corredores-: el fuerte viento. No el normal viento que con sus feroces rachas en ocasiones te frena en seco, no, sino el viento huracanado que impide dar un paso, y si además éste viene acompañado de lluvia y frío el correr se hace imposible.
Y fue ese el motivo el que hizo que el pasado sábado, a eso de las dos de la tarde, ya vestido con la ropa técnica, con la malla larga, con las zapatillas atadas, con los guantes ajustados, el cortavientos más efectivo y el gorro de lana más cálido, es decir, provisto de todo lo necesario para hacer una ruta de al menos 15 kilómetros, hube de desistir; anduve unos minutos a lo largo de los primeros metros de la ruta, como suelen hacer los árbitros en el campo de fútbol para decidir si suspenden el partido y, a pesar de no querer reconocerlo y sentir cierta frustración por no llevar a cabo mi entrenamiento sabatino, hube de esconder el rabo entre las piernas y venirme cabizbajo hacia el coche, con una sensación muy extraña. No obstante, estuve unos minutos dentro del coche, como suelo hacer cuando la climatología aconseja no correr, pero como si se tratara de una maleficio el viento huracanado se multiplicó y ya sí, ya no tuve ninguna duda. Lógicamente, intenté compensar esa falta de entrenamiento con una tabla de gimnasia y abdominales un poco más exhaustiva de lo normal, pero ya bajo la comodidad del techo del hogar. No había otra opción.
No obstante, como la venganza se suele servirse en un plato frío, al día siguiente, el domingo, habiendo mejorado algo el tiempo, no lo dudé y me lancé a hacer esos 15 kilómetros que no pude hacer el sábado; eso sí, con bastante viento aún en algunos tramos, atravesando caminos embarrados y en la más absoluta soledad de la Vega, excepto la presencia de aquella avefría que  emitió graznidos a mi paso, los cuáles yo interpreté como una señal de satisfacción por ver un ser vivo en la amplia Vega, aunque éste fuera  sólamente humano.                

11 diciembre 2012

CRÓNICA (GRÁFICA) DE UN POSTENTRENAMIENTO

El entrenamiento de esta mediodía de diciembre ha sido espectacular, pero no sólo por las buenas sensaciones y la fluidez que he sentido en mis piernas, sino por haber entrenado en una majestuosa y fría mediodía de otoño. 
Cuando comencé a correr, la Vega se encontraba brumosa, imperceptible casi en la lejanía, pero en la misma medida que mis piernas avanzaban, esa brumosidad se iba alzando dejando sin ruido, dejando paso a un débil sol de diciembre que aventuraba ya la entrada del invierno.
Correr en esas condiciones climatológicas y acompañando también las físicas es algo especial como sabe quien corre habitualmente, por lo que no pude resistir la tentación de arrancar unas cuantas fotografías para que podáis participar de lo que esta mediodía viví y presencie, aunque sea al terminar el entrenamiento. Qué mejor que unas imágenes para acompañar estas torpes palabras.

Llego de completar la ruta de más de 13 kilómetros y no puedo más que impresionarme ante el tapiz de hojas caídas que pisan mis zapas. Las formas de las hojas son perfectas y noto la suavidad de su textura bajo la suela, casi como si pisara un alfombrado. 

Pero alzo la mirada y me encuentro con un paisaje aún más sobrecogedor.  La pléyade de colores ocres y verdes del otoño y el día claro transforman el paisaje en una especie de cuadro al pastel. Miro el horizonte, el cual acabo de atravesar allende las alamedas y éste se pierde. La quietud es enorme.  

Es tan impresionante el paisaje que me rodea que no encuentro el momento de comenzar los estiramientos. Todo es bellísimo, pero estoy comenzando a enfriarme.

Hay que comenzar a estirar. Descubro que se puedo estirar y seguir contemplando el magno espectáculo de las hojas caídas y el paisaje otoñal de alrededor....,

....como por ejemplo esta verdadera alfombra en que se ha convertido la única calle del Cortijo de Alitaje. En ese momento todo es quietud y puedo escuchar nítidamente el lenguaje de los pájaros. Me concentró en sus sonidos y acabo comprendiendo que se están comunicando.

Esta vista, que ya he reproducido en varias ocasiones -pero que siempre es distinta-, siempre me impresiona. Así de diáfano y luminoso se encontraba esta mediodía el Piorno desde Alitaje. 


08 septiembre 2012

FOTOS DESDE LA MTB

Al día siguiente de hacer el Medio Maratón 1 de Septiembre, decidí 'refrescar' las piernas haciendo una ruta suave en MBT. Fueron apenas 25 kilómetros, pero dieron para mucho. Al menos en imágenes: 

Aunque pudiera parecer increíble, la Vega por la que suelo correr y pedalear tiene rincones para mí, inéditos. Esta fresca y  breve carretera nos adentrará en el anejo de Fuente Vaqueros, denominado La Paz. Jamás había estado allí.
La acequia acompaña a la carretera y va bañando los fértiles campos de la Vega. Probablemente esté aún inalterable desde la época Nazarí.

Llego al anejo de la 'Paz'. Y sí, paz hay. A raudales. Una pequeña aldea con un racimo de viviendas y una tasca, cuya pequeña terraza vemos al fondo. La población cuenta con una capilla del Siglo XVII.

Este paisaje es muy típico de la Vega que transcurre entre los municipios de Fuente Vaqueros y Pinos Puente, entre otros: la presencia repentina grandes arboledas, las siempre presentes acequias, un secadero de tabaco y el lugareño, que casi siempre suele ser un hombre mayor a lomos de su bicicleta. Una imagen natural y pura en un mundo totalmente digitalizado. 

Ya no es tan común encontrar grandes plantaciones de tabaco, dado el cambio de estrategia en la producción de este producto. Pero las que hay tienen un encanto especial, bañadas por el sol y también resguardadas por la amplia arboleda.

El Geníl -que veremos en la siguiente imagen- está vigilado en sus dos márgenes por unos frescos caminos, que son una delicia para correr y pedalear en MBT. Accedí a este lugar por este camino, a la altura de Pedro Ruíz, pero es posible seguirlo, siguiendo el curso del Genil, desde Granada hasta -al menos- el municipio de Láchar. Son muchos kilómetros de vía verde natural. 

El río Geníl tiene un cauce enorme, lo que nos hace pensar que otrora fue un río poderoso. Hoy día, este afluente del Guadalquivir lleva poca agua. No obstante, a la salida de 'La Paz' su caudal es más generoso que en otros tramos. Os puedo asegurar que es un remanso de paz y frescor.

Volvemos ya para Pinos Puente. Este cuadro junto a la MBT indica unas rutas por la zona que se pueden hacer andando, corriendo o en bicicleta. 

El Camino Real siempre me ha parecido muy sugestivo para correr. Esa larga recta ha sido testigo de lluvia, nieve, frío y sol. Correr por ahí me estimula.  

Una especie de oasis en el Camino Real. A esta altura aproximada confluyen los municipios de Pinos Puente y Fuente Vaqueros 

A pesar de que el verano aún no se ha ido, es impresionante el verdor de las alamedas. En breve todas esas hojas se tornarán amarillentas para desembocar en un marrón claro y serán testigo de mis pisadas. El otoño, que se aproxima raudo, también es una época muy sugestiva para correr. Las hojas en el suelo y los álamos desnudos.

La Vega tiene la virtud de la fertilidad de su tierra; de ahí que en poco espacio confluyan cultivos de tabaco, frutales y alta arboleda.

07 septiembre 2012

IMÁGENES Y PALABRAS

Acabas de estirar en el momento, justo en el que la luna asoma jugando al escondite con la chimenea de la antigua fábrica.
No hay nada más estimulante que acabar de correr y echar una mirada ociosa sobre el camino que acabas de atravesar y que va poco a poco va siendo arrebatado por la noche.



Cae la noche, pero apenas no ha transcurrido media hora cuando aún te batías el cobre a la altura de las últimas arboledas allende al fondo de la imagen.

Esos tímidos y jóvenes frutales ya parecen dormir, pero los percibiste muy despiertos cuando te dirigías hacia Zujaira, en cuyas calles ya comienzan a pulular las primeras luces.

Otro día en el que acabas tu rutina en Caparacena, con el coche dispuesto para el ajetreo que siempre montamos los corredores al comenzar y al acabar de correr
"Cada vez anochece más pronto", te dices mientras observas el final de tu ruta recién acabada. 

26 diciembre 2011

UNA RUTA DE NAVIDAD

Los preparativos aguardando en el coche para iniciar la ruta de 13 kilómetros, que comenzará en Alitaje.

Más allá de las desnudas choperas se alarga la ruta que llevará mis pasos hasta la inmediaciones de Fuente Vaqueros. 

El "Piorno", preside toda la Vega y parece atesorar el débil sol de la tarde de Navidad.  

 Las famélicas choperas de la Vega dormitan en invierno y guardan todo su esplendor para la próxima primavera.

 Los ajados olmos se sienten arropados por las última hojas caídas del otoño recién ido.

 El verde de las últimas lluvias aún pugna por ganar espacio a las hojas secas.

 Las primeras fincas de la vetusta arquería de Alitaje aún recuperan el aliento de la última Nochebuena.

 A la izquierda, las casas más altas de Pinos Puente, parecen descansar en el regazo del Piorno.

 Unos minutos antes mis últimas pasos de la ruta del día de Navidad hacían crepitar las hojas secas.


UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...