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01 agosto 2015

RUTA CALLE ANCHA DE PINOS PUENTE-CAMINO MOZÁRABE-URBANIZACIÓN LOS CORTIJOS-CALLE ANCHA (19 KILÓMETROS)

Las fotos que veréis a continuación corresponden a una ruta grabada parcialmente con la cámara deportiva SJ4000. Una ruta de 19 kilómetros que ha transcurrido prácticamente por caminos entre olivos (apenas 4 kilómetros de asfalto). La ruta salía desde la C/ Ancha de Pinos Puente, en la parte alta del pueblo, cogía el camino de Caparacena y lo dejaba inmediatamente para coger el denominado Camino Mozárabe (que también se utiliza como ruta del Camino de Santiago). Casi siete kilómetros más allá, hay que estar atento para coger otro camino similar, también entre olivos, que nos lleva hasta la Urbanización Los Cortijos-La Ribera, pasando por la Escuela de Vuelo para conectar con la carretera que une el Pantano del Cubillas con Caparacena y Pinos Puente. No obstante, dejé pronto esta carretera para conectar de nuevo con otro camino de olivos, que era de lo que se trataba en este entrenamiento y, posteriormente, volver a salir a la Carretera de Caparacena y llegar de nuevo a Pinos Puente. 
He seleccionado un buen número de fotos que irán acompañadas con un breve texto. Decir que ha sido duro, no sólo por el terreno y el número de kilómetros, sino por el hecho añadido de ir grabando el recorrido parcialmente. No obstante, eso lo suelo hacer en determinadas rutas y, lógicamente, una sola vez, porque es duro ir sacando la cámara -por pequeña que sea- conectarla, grabar y volver a guardarla...y todo eso en ruta.  

Son las las 9,30 horas de la mañana del 1 de agosto y comienza la ruta. El sol ya avisa que no habrá tregua.

Acabo de entrar en Camino Mozárabe. Polvo y olivos será lo único que veré a lo largo de muchos kilómetros.

Comienza la primera dificultad importante a los 1300 metros de iniciada la ruta. No hay problema porque las fuerzas están aún intactas.

La segunda dificultad en el tercer kilómetro es de las más importantes. La cuesta impone. Me escudaré a la derecha buscando algo de sombra.

Vuelvo la vista y vez lejano el Cerro de los Infantes. Viéndolo desde aquí se comprende la estrategia de los pueblos que lo habitaron dada su situación privilegiada que permitía dominar todo el terreno que le circundaba.  

En el kilómetro seis ya se aprecia a lo lejos la localidad de Tiena, perteneciente al término municipal de Moclín...

.....Y si se aprecia Tiena, también es fácil ver algo de Olivares, que apenas permite ver sus casas más altas, ya que el pueblo está escondido en la falda de la sierra.  

Sin embargo, si se aprecia bien el Castillo de Moclín, con su iglesia adosada a sus pies. Esta fortaleza fue una de las más importantes del Reíno Nazarí ya que dada su altura era fácil controlar la entrada de tropas enemigas. Además, desde ella era posible comunicarse a través de espejos o fuego con las principales del Castillo de la Mota de Alcalá la Real (Jaén) y la Alhambra de Granada. Entre todas éstas existía -y existe- todo un complejo sistema de torreones auxiliares, entre los que se encuentra el Torreón de Albolote.   

Cabo de dejar el Camino Mozárabe y me dirijo hacia la Escuela de Vuelo. El sol aprieta, tal y como refleja la fotografía. Voy camino del kilómetro nueve de la ruta.

Aquí podríamos decir que tenía el mundo a mis pies, dada la redondez de la imagen. Al fondo ya se aprecian los picos de Sierra Nevada.

El calor ya se va notando camino del kilómetro 10. No obstante, en ocasiones aparecía una suave brisa, que es mucho pedir si corres entre olivos.

Cuando llego a esta zona intento no mirar al frente, porque aunque parezca una broma, hay que subir aquella endiablada cuesta del final. El sol vigila lanzando sus rayos de fuego.  

Superado el kilómetro 10 pude ver la cara norte de los picos de Sierra Elvira y el Piorno. Eso significa que nos vamos acercando poco a poco al final, no obstante aún quedan nueve kilómetros.   


A la hora de iniciada la ruta, me topo con la Escuela de Vuelo y el comienzo de la zona asfaltada.

Unos kilómetros más adelante entro en la Urbanización Los Cortijos-La Ribera. Altas y lujosas casas con el Piorno de fondo. He superado el kilómetro 12 de la ruta. Ya sólo faltan siete.  

La Avenida Paraíso es enorme. Si estuviera en cualquier capital podría casi atravesarla de punta a punta. Esta avenida me dejará en la carretera que une el Pantano del Cubillas con Caparacena y Pinos Puente.

Ya he superado, por fin, la avenida y conecto con la carretera que me llevará a Pinos Puente, no sin antes volver a entrar a otra zona de olivos. En el margen superior derecho de la foto, un pájaro grande alza el vuelo y me saluda.


Como decía, vuelvo a entrar en otra zona de olivos. Por tanto, no pasaré por Caparecena, que no suelo evitar cuando no llevo agua, pero en esta ocasión sí llevo. Se trata del Camino de Santa Rosa. 

El sol cae sobre mi cabeza, pero es algo que tengo asumido.

Ya estoy en pleno camino de Santa Rosa y y he superado el camino 15 de la ruta. La buena noticia es que aún me quedan fuerzas. Más me vale.

El Camino de Santa Rosa ofrece algún respiro. Un poco más adelante el terreno se volverá a complicar. 

Ya lo dije: este terreno no da tregua.


En esta zona, el camino casi desaparece. La única opción es correr entre piedras intentando imaginarte el camino. Eso es complicado, principalmente, porque también hay una dura subida. Ya son casi las 11,20 minutos y el calor ya aprieta más fuerte.   

Superada la subida anterior, el camino se desliza hacia abajo buscando la carretera que une Caparacena con Pinos Puente. Un poco de respiro no viene nada mal a estas alturas. No obstante el camino está tan roto que cuesta correr por ahí. El Piorno ya preside toda la ruta.

Ya he dejado los olivos y corro por zona de asfalto. Estoy a punto de comenzar la subida de la conocida por los lugareños 'Cuesta de los Muertos' y a punto de entrar en el kilómetro 18 de la ruta.   

Comienza la subida. Esta cuesta siempre es dura. No demasiado larga pero sí intensa, y mucho más si ya llevas un montón de kilómetros en tus piernas y son las 11,32 horas de un 1 de agosto. 



Ya atisbo la llegada. Eso ofrece mucha satisfacción, algo indescriptible. Más satisfacción a más dura sea la ruta. 

Pocas veces se alegra uno de ver al fondo la Calle Ancha, no sólo porque nací en ella, sino porque ya estoy detenido y descansando. Misión cumplida.

16 noviembre 2012

CARGA DE FIN DE SEMANA Y OTRAS REFLEXIONES

Llega el fin de semana y con él la carga de kilómetros. Esa carga que no es posible hacerla durante la semana por las obligaciones laborales y la escasez de luz del día. 
Los días de semana sirven para otra cosa: rutas suaves, calidad, abdominales, gomas, elongación, flexibilidad, lastres....en fin, un amplio abanico de cosas que debemos hacer los corredores esforzados, aunque no todo se hace y no para todo hay tiempo y ganas, como venía a decir en la entrada anterior. 
Pero llega el finde y las cosas cambian. Ya no hay excusas. Hay que desembarazarse lo máximo posible de las tareas cotidianas y reivindicar a los tuyos -y tuyas- tu espacio. Ese 'dejad que me ausente' que era la frase favorita que gustaba citar a mi buen amigo Paco Montoro (por cierto, dónde se meterá nuestro amigo malagueño) del Dr. Sheehan. 
Una carga de kilómetros que en mi caso es necesaria y precisa si quiero cumplir con lo propuesto allá por septiembre: hacer entre cinco o seis medias maratones hasta final de año. Hasta ahora he cumplido con cuatro -Guadix, Motril, Jaén y Granada- y si nada se tuerce, la semana que viene cumpliré la quinta: Córdoba. No descarto correr otra en diciembre si la hubiera cerca de Granada -¡ideas, por favor! Además, no niego que en Córdoba quiero hacer MMP, porque es un terreno propicio para ello pero, como sabéis, se cruzan muchos imponderables en una MEMA par vaticinar nada. Por lo pronto, iré a disfrutar de la ciudad y a disfrutar su prueba atlética cumbre. Lo demás, vendrá por añadidura; y si no viene, tampoco pasará nada. Esa es mi filosofía. 
Pero eso no implica que deba dormirme en los laureles. Sí, estoy trabajando para ello. No se trata de un trabajo intenso, pero sí programado, ya que mezclo tiradas largas con calidad y rutas suaves con elongación y abdominales casi diarios. También trabajo algo lastres. Todo a un nivel moderado, eso sí. Que eso sirva para cumplir los 90 minutos o no, ya se verá, pero también me vendría contento de la ciudad de la Mezquita con 92 minutos, claro que sí. 
Por tanto, este fin de semana sumaré alrededor de 30 kilómetros. Para mañana he preparado una ruta de unos 17 o 18 kilómetros, a un ritmo aproximado de 4'45'' el mil y para el domingo una ruta de unos 12 a un ritmo algo superior. 
La semana previa a la MEMA de Córdoba hay que ir desacelerando, pero habrá un día de series, una ruta suave de unos 13 kilómetros y otra corta de no más de 10, pero rápida. 
Esta es la ruta propuesta para mañana: 

Saldré de Pinos Puente en dirección a Alitaje y giraré dirección Valderrubio, en el cruce con Fuente Vaqueros. Un kilómetro antes de llegar a Valderrubio giraré hacia Zujaira y Casanueva, para volver a Pinos Puente por Ánsola. En total unos 17 a 18 kilómetros. Lo precisará el GPS. 
            

10 noviembre 2012

ÉSTA ES LA PROPUESTA PARA HOY

Ésta es la propuesta para hoy....


...y espero cumplirla. 20 correosos kilómetros entre ida y vuelta. Llegaré hasta aquí: 

  
Y entonces ya estarán hechos 10 kilómetros. Y aquí.... 

  
...beberé fresquísima agua, para regresar de nuevo. 

En total 20 kilómetros, en los que habrá alguna subida, alguna bajada, tramos de terreno dispar y roto y tramos de camino llano: y presidiéndolo todo un impresionante misterioso paisaje a mitad de camino entre la Vega y Los Montes Orientales. 
¡Vamos a ello!

08 noviembre 2012

UNA RUTA URBANA PINTORESCA

Correr por Granada siempre es apetecible, a pesar de que quien lo escribe no se inclina demasiado por las rutas urbanas y, por lo general, sólo las frecuenta en la época del año en que las tardes son cortas y el velo de la noche cae como una losa. Pero ayuda sobremanera correr por lugares con tanto encanto como es el Albaizyn, presenciando la Alhambra y las distintas construcciones nazaríes, muralla incluida para, posteriormente, bajar por la Carrera del Darro y casi darte de bruces con el bullicio de la ciudad que ya se barrunta en Plaza Nueva y que se confirma en la Gran Vía Granadina. Lógicamente, no todas las calles por las que se transcurre esta ruta ofrecen al corredor una belleza sin par, pero casi todas. 
Una ruta que hice el pasado miércoles con la particularidad añadida de haberla hecho en noche cerrada, en una tarde otoñal encantadora, sin excesivo frío y sin lluvia, pero con las calles y los parques mojados aún por la reciente lluvia caída. Una ruta de 11,5 kms. que me planteé hacer a ritmo sosegado y que me transmitió un sosiego y una libertad inusual. Poder atravesar el barrio árabe y presenciar la Alhambra iluminada desde el Mirador de S.Nicolás y saber que todo eso lo puedes hacer con la sola tracción de tus piernas es algo inexplicable y sobrecogedor. 
Pero qué mejor que mostrar las fotos de Google Earth, a pesar de que éstas sean diurnas. 

Comienzo de la ruta en la novísima Avenida García Lorca, en el extrarradio de la ciudad.

Quienes hayan corrido la Media Maratón de Granada, les será familiar la Avenida Luis Miranda Dávalos.

Un lugar también conocido. Subimos poco a poco para llegar a la altura del Monasterio de la Cartuja.

Esta es la última cuesta de la Media Maratón de Granada, antes de buscar un terreno mucho más benigno. A la izquierda la nueva Sede de la Junta de Andalucía.

El Monasterio de la Cartuja, de dilatada historia granadina, nos recibe igual de bello tanto de noche como de día. Es un lugar único.

Ya estamos al principio de la antigua Carretera de Murcia. Esas rampas nos vaticinan ya que vamos a subir al Albayzin, uno de los barrios más altos de Granada; y sin lugar a dudas, el más bello.

Aunque pudiera pensarse otra cosa, no se trata de rampas complicadas. Se suben muy bien.  

A partir de este momento comenzamos a contemplar Granada.... 

....y además, ya comenzamos a ver Sierra Nevada, que aún carece del blancor característico. En breve  eso se solucionará. En Granada el invierno no avisa. 

En este tramo, el viajero no puede evitar dejar su coche y asomarse al mirador, justo en la entrada del Albayzín. Las vistas de la ciudad, la Sierra y la Vega son sobrecogedoras.  

El populoso restaurante 'Casa Torcuato' nos indica que ya estamos en la calle más radial del Albayzín, la denominada Pagés del Corro. 

Ya podemos contemplar la Iglesia por excelencia del barrio, la de S.Nicolás, que nos llevará al Mirador del mismo nombre.

Siempre que hago esta ruta, el Mirador de S.Nicolás no me coge de paso, pero no puedo evitar correr unos metros y detenerme allí unos minutos para no perderme esta impresionante vista. Si es nocturna, la impresión se convierte en magia. Clinton, al menos en eso, llevaba toda la razón al catalogarla como uno de los atardeceres más bellos del mundo. Nadie que visite Granada debería perderse ese espectáculo. 

Bajar por la Cuesta del Chapiz por la noche es una gozada. Se presenta silenciosa y misteriosa. Pareciera que se hubiera detenido el tiempo.

El Paseo de los Tristes, desde mi punto de vista, es una de las referencias visuales más impresionantes del monumento nazarí. Por la noche lo encontré solitario y oscuro y ese hecho lo hacía aún más bello. Algo mágico. 

La Casa de Castril, que alberga el Museo Arqueológico de Granada tiene para quien esto escribe un sabor especial. Enfrente la Iglesia de S. Pedro, junto al río Dauro, una de las primeras construidas por el nuevo poder cristiano de los Reyes Católicos.

Como decía al principio, el jolgorio ya se barrunta en la Plaza Nueva, a pesar de que es una zona con rincones muy íntimos y tranquilos. Ese jolgorio es mayúsculo cualquier mañana gracias al movimiento judicial que ofrecen el edificio de la Real Chancillería y el edificio de los Juzgados. 

Pasada Plaza Nueva, la calle Reyes Católicos nos sumerge en una ciudad moderna y ruidosa, pero con un encanto singular también. 

Comenzamos a correr a lo largo de la Gran Vía, cuyas recientes aceras anchas nos vienen muy bien. En este tramo, el final de la Media Maratón, está apenas a cinco kilómetros. El cimborrio de la Cápilla Real de la Catedral y la entrada a la Alcaicería a la derecha.

Ya dejada atrás la Gran Vía, la otra gran avenida que nos espera es la de la Constitución, cuyo paseo central nos viene de perlas para correr sin apenas obstáculos de viandantes, dada su anchura.

La Plaza de la Caleta, ya nos acerca a nuestro destino, apenas ya a dos kilómetros.

Esta zona de Los Mondragones -nuevas oficinas municipales-  no es demasiado cómoda para correr, pero por suerte no es una calle larga.

Estas avenidas anchas y nuevas del barrio de Parque Almunía son otra cosa. Correr por aquí es agradable y poco obstaculizador. 
            

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...