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19 mayo 2012

DEBERES PARA EL FIN DE SEMANA Y LOS PRÓXIMOS DÍAS

Se acercan las pruebas duras y lo hacen precisamente cuando llega el buen tiempo. Lógicamente no participaré en todas, pero es mareante lo que se viene encima si, más o menos, uno quiere correr lo que corrió el año pasado. 
Para abrir boca, las dos próximas semanas vienen cargadas por la celebración de la Prueba de Fondo de Órgiva y las Dos Colinas, ambas similares en cuanto a dificultad, si bien la primera cuenta con seis kilómetros más. No obstante, son muy distintas entre sí. En Órgiva se sube bastante durante cinco o seis kilómetros, pero a partir de ahí la dificultad no es tanta a pesar de que se sigue subiendo hasta Lanjarón. La bajada deja muchos cadáveres todos los años porque el terreno obliga a las piernas a ir a un ritmo aeróbico muy exigente; en la segunda, las cuestas se reparten a lo largo de los trece kilómetros con dos fases diferenciadas pero seguidas: subida a la Alhambra y subida a Albaicin, pasando antes por el Sacromonte. Como ya dije el año pasado, es un circuito exigente y no aconsejable para principiantes a pesar de ser muy pintoresco. 
Por tanto, para todo lo que me viene encima he de entrenar en consecuencia. No lo haré de forma muy intensa pero sí selectiva. Me reservo introducir calidad, pero no en introducir cuestas, terreno obligatorio si se quiere superar con holgura estas dos siguientes pruebas. 
Por lo tanto, hay deberes para el fin de semana y los días próximos. Hay que alternar la tirada larga -no olvidemos que la distancia de Órgiva es casi mediomaratoniana- y las subidas y hacer todo eso en poco margen de tiempo. Por tanto, hay que ser muy consecuente. 
Comenzaré esta misma tarde, a eso de las siete y aprovechando que las temperaturas han bajado algo, con una tirada de aproximadamente 18 kilómetros, en llano, por la zona más al norte de la Vega de Pinos Puente para aprovechar algo de subida aunque sea suave. Para tal fin, buscaré un ritmo suave de entre 5'10'' y 5'15''. Y continuaré mañana con un entrenamiento corto y suave de mantenimiento, para afrontar el próximo lunes con una subida al Torreón de Albolote, terreno éste que en pocos kilómetros hace que el esfuerzo sea alto dado el fuerte ascenso en poca distancia. Te pone fuerte. 
Los demás días habrá que dedicarlos a otra sesión en cuesta y a entrenamientos más suaves porque exigir más a la musculatura de los miembros inferiores en tan poco tiempo sería contrario a la prudencia. Y, por supuesto, no olvidar la elongación y la hidratación, muy necesaria en estas fechas. 
Sin embargo, iniciado este tipo de entrenamiento ya no habrá demasiada tregua, máxime si me planteo de nuevo subir al Veleta o hacer algún maratón en otoño que por una de esas dos cosas hay que optar.
No hay lugar para el aburrimiento.     

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