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20 octubre 2023

SOBRE MI TERCERA NOVELA: MI LUGAR EN ESTOS MUNDOS

 



La que será mi tercera novela escrita -que no publicada: publicada está sólo una: Equis quería correr (Amazon, 2019, en papel y digital)-, de título ya definitivo Mi lugar en estos mundos, ya está muy cercana a conclusión, sin perjuicio de que suelo reescribir con bastante frecuencia mis trabajos con el fin de pulir todo lo posible. 
Se trata de una novela distinta a las otras dos anteriores, si bien siempre está presente la transformación operada por el héroe, en el concepto del personaje principal de una narración. Alguien corriente que comienza una historia de manera casual y no sabe cómo acabará, si bien transformará su existencia o la visión de su mundo. 
Mi lugar en estos mundos, curiosamente, surge de un relato incluido en mi primer libro Conversación en la taberna y 41 relatos (Editorial Luhu, 2015, Editorial Estratega, 2017, Amazon -formato eBook, 2018). Releyendo este relato, titulado un Mensaje desconocido consideré que su final era muy abierto (como muchos de los que escribo y publico) y daba juego para continuar la historia. En principio, consideré que podría alargarse hasta completar una novela corta (en torno a las 35 000-40 000 palabras), pero disfrutaba escribiendo la historia, que se iba multiplicando y de la que surgían personajes por doquier, y acabará con una extensión doblada a la prevista, es decir, unas 80 000 palabras. 
En la segunda reescritura, que es la que estoy culminando en estos días, sigo disfrutando con la historia, y eso es lo importante. 
Daré más detalles más adelante, pero decir que en esta historia se mezclan hechos normales y paranormales, los cuales tendrán como fin que nuestro héroe experimente un cambio profundo y que su visión del mundo (al menos del mundo tal y como lo percibía) cambie en el transcurso de unos pocos meses. Siempre intento en mis novelas y relatos que el lector disfrute de las primeras páginas y que la historia que lee le permita seguir haciéndolo hasta el final, si bien soy consciente que eso es muy difícil conseguirlo en todos los casos. 
Seguiré hablando en próximos post sobre esta obra.

08 octubre 2023

LA ESENCIA DE LA NOVELA Y ALGUNOS APUNTES SOBRE MI NOVELA DONDE LOS HOMBRES ÍNTEGROS.

 Existen muchos tipos de novela, pero en todas ha de existir un desarrollo argumental y varios personajes. Además, conviene que exista una introducción, un nudo y un desenlace, pero no todo tiene que ser en un orden preciso, porque las hay que a partir del desenlace se cuenta la historia anterior, es decir, la introducción y el nudo. 
Una novela puede ser de muy diverso tipo, desde aventuras hasta fantástica, pasando por la novela realista, psicológica, filosófica, romántica, contemporánea, histórica, policial y un largo etcétera, porque el género siempre se está reinventando. En mi primera novela, Equis quería correr, hay una mezcla de diversos géneros. Siendo contemporánea, penetra en el realismo, en lo psicológico, en lo existencial, en lo romántico, para acabar con un personaje principal (Equis) que comienza de una forma y acaba de otra muy distinta, porque eso es también muy propio de la novela. 
La siguiente, ya acabada, y en fase de pulido y probable publicación, Donde los hombres íntegros, no es fácil de clasificar, pero conecta con la novela de aventuras -en el sentido del trayecto vital del personaje, como ya ocurrió en la anterior, pero también con lo realista, con lo psicológico, con lo existencial y filosófico, con lo histórico, por la parte que le toca, y con lo contemporáneo, porque es la base de la novela: la época actual en la que vivimos. Pero, de todo, me gusta destacar que el personaje que narra en primera persona es alguien que se transforma a lo largo de la historia; una transformación no buscada a nivel consciente, pero sí probablemente a nivel subconsciente, porque en la novela es fundamental que exista una transformación, sobre todo del personaje principal. 
Los personajes que lo acompañan, podrán ayudar o no a esa transformación, que es algo que el lector deberá de averiguar poco a poco a lo largo de argumento, el cual virará en varias ocasiones o contará con subargumentos paralelos u opuestos, para llegar a un final inesperado para todos, incluso para el personaje principal. Es ese camino argumental el que hará que el lector se anime a seguir leyendo hasta el final, como ya ocurrió con mi novela anterior. 
Finalmente, hay una transformación del personaje, que es lo que se busca por lo general en la novela como género, pero esa transformación podrá ser eficaz o fallida, y eso se deja al propio criterio del lector, porque, en mi caso, siempre prefiero dejar los finales, si no abiertos, al menos, no absolutamente cerrados, como ya me solía ocurrir con los relatos.

 

02 octubre 2023

MIS DOS ÚLTIMAS OBRAS ACABADAS O CASI Y OTRAS REFLEXIONES NECESARIAS

   Se suele referir el escritor de manera habitual a la necesidad que tiene de escribir, que lo necesita como respirar. En realidad, como respirar no se necesita apenas nada, pero es comprensible que a quienes nos gusta escribir tengamos alguna necesidad, aunque fuera remota, de escribir cada día o casi cada día. Es algo que yo, en particular, he ido apreciando con los años; es decir, que me ha ido ocurriendo poco a poco. 
   En mi caso, el placer de escribir cada día si me es posible está por encima de otras muchas cosas de la existencia e, incluso (es algo que observo cada vez más), el hecho de escribir sin estar pensando permanentemente en circunstancias posteriores, como puede ser la publicación y todo ese mecanismo editorial tan estresante y arriesgado. En ese sentido, me siento bastante afortunado. Afortunado por tener esa tendencia a imaginar y escribir historias y penetrar con facilidad en ellas desde la pantalla del ordenador. Sí, eso es un privilegio, que a mi me ofrece muy buenas sensaciones, casi idénticas a las que me ofrece correr, mi otra gran pasión. 
   Y por eso escribo cada (o casi) cada día. Ese suele ser mi rato de soledad que comparto con trotar por los caminos, que también es un rato de soledad placentero. 
    Así que ese cada día da mucho juego para crear historias. Y es de esa manera, que no es nada milagrosa, sino persistente, como he podido acabar mi novela Donde los hombres íntegros, bastante larga, la cual comencé a escribir hace ya muchos años y que luego abandoné centrándome en otros proyectos. Y, también, gracias a esa dedicación ya está prácticamente terminada la primera reescritura de una novela comenzada mucho más tarde: Mi lugar en estos mundos, que es la continuación larguísima de un relato integrado en mi libro Conversación en la taberna y 41 relatos. Y, por qué no decirlo, ya hay esbozos más o menos importantes de tres novelas más y algún que otro proyecto literario de no ficción, lo que da juego para ocupar el tiempo en los próximos tres o cuatro años, siempre que el ritmo de escritura no decaiga y lo permitan los dioses. 
    Pero como decía más arriba, eso no tiene mucho que ver con publicar. Se ve mucho mejor cuando observamos la labor de un pintor. Coge su caballete y se va a la mitad del campo, alejado de la ciudad, y allí se pasa horas, días, semanas, meses, años... Posteriormente, podrá exponer o no esas pinturas, pero no es lo que piensa cuando deja volar su imaginación y sus ojos para posarlos enseguida en su lienzo. Bueno, pues así es como concibo escribir. Y muchos diréis con razón que si la opción no es, necesariamente, publicar, si no se va a compartir con otras personas las historias que inventas, para qué escribir. Bueno, yo lo veo como procesos independientes. Me parece mucho más puro escribir por el placer de escribir, que escribir con el fin exclusivo de publicar. Se aprecia mucho en los textos que lees quién lo hace por un motivo y por otro. Hoy  día, lamentablemente, la opción principal es la segunda. Hay demasiadas prisas por publicar y así sale lo que sale. Publicar un libro es hoy día lo más fácil del mundo si puedes pagarlo. Hay miles de empresas que se dedican a esto sin que les interese lo más mínimo el contenido del libro. Por tanto, cualquiera que garabatee algunas palabras puede publicar un libro. Pero otra cosa distinta, es publicar algo publicable, con independencia de que se publique en editorial tradicional o se autoedite. Al contrario de lo que se cree hay libros publicados con editorial tradicional con mucho menos calidad literaria y de edición que otros publicados mediante autoedición. Cuando ésta es de calidad iguala o supera a una buena edición tradicional, si bien hay que reconocer que todavía existe la idea que autoedita quien no consigue publicar con editorial tradicional. Eso es cierto en parte, pero no hay que olvidar que hay gente que ha regresado a la autoedición desde la edición tradicional y otra que prefiere asumir por su cuenta el proceso de edición de su obra por completo, además de no perder el control sobre ella. Me encuadro bastante en ese grupo, a lo que hay unir que me produce una pereza enorme publicar con una editorial tradicional, donde los problemas siempre crecen. Lo sé porque lo he vivido en una editorial tradicional pequeña y me costaría volver a pasar por ahí. 
    Pero no pretendo irme por las ramas y retomo el asunto de las dos novelas que ya están o casi preparadas para publicar, aunque no sea mi opción prioritaria en este momento. Es normal que cuando comienzas a publicar cometas errores por la precipitación y la emoción de ver tu libro publicado, pero cuando ya llevas varias obras publicadas la opción es esperar todo lo que sea necesario para publicar con garantías y la máxima calidad posible; de lo contrario, nada mejor que dejar la obra en un cajón y esperar que llegue su oportunidad. Como solía referirse Alfred Hitchcock aplicado a las películas: ha nacido muerta. Exacto, hay que intentar evitar que un libro ya nazca muerto. Ya tendrá tiempo de morir por su cuenta con el paso del tiempo (aunque hay libros que siempre están vivos, nunca mueren).
   Por tanto, para no hacer demasiada larga esta entrada, posteriores hablaré de manera más extendida de cada una de estas dos obras que he citado más arriba: Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos. 
   
    


07 septiembre 2023

NOVELA: DONDE LOS HOMBRES ÍNTEGROS

  Acabo de terminar mi segunda novela, a la que he titulado (título que ya será definitivo, a no ser que un hipotético editor me dé sobradas razones para cambiarlo) Donde los hombres íntegros. Hablaré un poco de esta obra, sin destriparla, por supuesto. 
  Comencé a escribir Donde los hombres íntegros, hace ya mucho tiempo. Comenzaba su recorrido a buen ritmo y se detenía de pronto; y de por medio surgían otros proyectos, algunos de ellos también comenzados y otros totalmente novedosos. A Donde los hombres íntegros se le adelantaron muchos proyectos, incluido el de la novela anterior Equis quería correr, ya publicada. Soy de los que piensan que cada proyecto tiene su tempo y no hay que forzarlo. Así que no lo forcé, dejé que la novela quisiera llamar a la puerta para retomarla. Y eso lo hice no hará muchos meses, si bien ha sido el último agosto cuando he sudado la gota gorda (no solamente dicho en sentido figurado), para acabar de poner el punto y final a la reescritura, tal vez, el último día de este tórrido mes. 
    Realmente una novela nunca deja de escribirse. Siempre que acudas a ella -incluso cuando ya esté leída por los lectores 0 y corregida profesionalmente- habrá algo que quieras cambiar, alguna historia que quieras trastocar, algún personaje que quieras desarrollar algo más... Sin embargo, hay un momento para todo, e igual que el sol ha de dejar paso a la luna y la luna al sol, llegar el momento en el que debes de poner el punto final definitivo y olvidarte del libro escrito. 
    Esta novela surge en una época en la que la corrupción en España ocupaba cada día todas las portadas, si es que no sigue siendo así. Harto de leer tantos casos de corrupción, pensé en la posibilidad de escribir sobre gente que se corrompe por unas causas nobles o bien por motivos alejados de lo meramente material, que siempre me parecido terriblemente vulgar y nada original. A ello uní mi interés por la Revolución francesa. Había leído bastante sobre este periodo que, en mi opinión, cambió la forma de entender el Estado, la Política, la Justicia, la Moral y la Ética. Sabía que los revolucionarios querían ser reconocidos por su incorruptibilidad, competían por ello, pero no siempre fue así. Por tanto, unir casos de corrupción excepcionales con algo que tuviera que ver con la Revolución francesa me pareció una idea buena, así como la de crear una sociedad secreta que surgiera en los albores de esta Revolución, cuyo principal fin fuera estudiar los casos de corrupción para intentar erradicarlos. Y esa idea quería vincularla al mundo del derecho, por lo que decidí que sus principales protagonistas pertenecieran a este mundo; de hecho, Isaac Croser, el principal protagonista es un abogado aún joven que ejerce en la ciudad de Granada, porque quería, también, ubicar el hilo argumental en la ciudad donde resido, porque es una ciudad muy literaria, y que aparecieran en las novela lugares reales que conozco, tanto de la capital como de la provincia. Posteriormente, la novela fue creciendo (hasta llegar a las 108.000 palabras) y fueron apareciendo muchos más personajes principales y secundarios y muchos más lugares geográficos. 
    Por tanto, una vez escrita, debe reposar. En estos momentos está en poder de dos lectores 0 y cuando escrute el mercado editorial, complicadísimo, cada vez más, le buscaré un lugar para que vea la luz. 

18 agosto 2022

HABLADME DE OTROS MUNDOS. POEMARIO. PRÓXIMA PUBLICACIÓN EN OTOÑO

 





Aunque estemos por aquí muy pocos, siendo la poesía también minoritaria me complazco en mostraros la que será la portada, contraportada y solapas del primer poemario que publicaré y que me acaba de remitir la editorial, cuyo título tras muchas opciones, que incluso pregunté por aquí hace algún tiempo, será Habladme de otros mundos. En otra entrada daré más detalles sobre su contenido y algunos otros detalles más.

14 marzo 2021

Pérdida y olvido. colección de relatos cortos y microrrelatos.




Una breve descripción sobre mi último libro publicado: Pérdida y olvido.

Lo podrás encontrar en Amazon en los siguientes enlaces.

LIBRO EN FORMATO PAPEL: https://cutt.ly/FzGrCLi LIBRO EN FORMATO EBOOK: https://cutt.ly/CzGte4o

09 marzo 2021

PUBLICAR POESÍA O NO PUBLICARLA

 Es como un bucle que vuelve una y otra vez. En ocasiones llega como un torrente la idea de autopublicar poesía; y en otras se evapora como una cortina de humo arrastrada por un huracán. Porque se trata de poesía. Y la poesía es algo muy especial que respeto mucho. 

En puridad, respeto mucho todos los géneros y es por eso por lo que cada vez soy más exigente con los libros que publico. Siempre lo fui, pero últimamente mucho más. De ahí que la poesía que quier autopublicar (nada de enviar a editoriales para su valoración. Valoro yo), a veces sí, a veces no, regrese y se marche cada poco tiempo.

Sin embargo, ahora estoy muy decidido y ya estoy buscando editorial. Quien me sigue sabe que prefiero Amazon después de haber publicado en varias editoriales pequeñas y porque es donde tengo publicados todos mis libros, pero la poesía me gustaría publicarla en editorial, con su ISBN, su depósito legal, su posibilidad de estar en librerías. Porque en Amazon lo que menos vende es la poesía, a no ser que estés avalado (y haya un marketing bestial detrás) por un grupo editorial muy grande y hayas aparecido en televisión como ha ocurrido últimamente con alguien cuyo nombre no recuerdo.

Y porque quiero que mis pocos libros editados lleguen a las manos correctas. Esas mismas manos que ya conocen mis versos a través de las redes sociales y han valorado con esa espontaneidad que a veces las redes sociales ofrecen (cuando se trata de literatura solamente).  Otra cosa que también me anima a publicar en editorial es que mis libros se llenen de polvo en anaqueles y algún año o algún siglo alguien habrá sus páginas por primera vez y se quede estático leyendo algunos versos que alguien escribió alguna vez. Eso me emociona mucho. 

En fín, que el libro ya está acabado. Va a tener unas cien páginas y su título es, tomad nota: HABLADME DE OTROS MUNDOS. Estará dividido en tres secciones  y libros y es posible que lleve alguna foto con la que colabora algún lector y amigo.


06 septiembre 2020

ACTUALMENTE TRABAJO EN TRES NOVELAS Y OTROS PROSAICOS ASUNTOS

Actualmente trabajo de  manera desigual en tres novelas, algo que es una enorme contradicción porque, por su propia naturaleza, no es posible trabajar en tres novelas al mismo tiempo cuando hacerlo en una sola ya es sumamente arriesgado y complicado. Por tanto, enmendemos la aseveración: tengo comenzadas tres novelas, dos de ellas muy avanzadas. Me pregunto por qué vuelvo a la novela tras la dureza que supuso para mí escribir Equis quería correr y los pocos resultados que ha cosechado. Seguramente será por algo relacionado con el masoquismo.
Además, antes de que acabe el año tengo la intención de subir a Amazon una nueva recopilación de relatos cortos inéditos, si bien es cierto que algunos ya han sido publicado en libros de antologías y concursos, algunos de ellos de cierta importancia. Incluso me estoy planteando una publicación independiente de relatos navideños (algunos de ellos inéditos) para esta próxima Navidad, que intentaré ponga gratis Amazon, si bien eso no depende de mí. Es lo mágico que tiene para un autor independiente como yo publicar en Amazon: de vez en cuando alguien a miles de kilómetros valora tu obra y a la vuelta de la esquina no la valora nadie. Es más, no sabe que escribes y si lo saben guardan silencio. De ahí que esta plataforma nos encante a autores que como yo han decidido no publicar, por ahora, con editoriales, aunque es cierto que tampoco es que llamen a mi puerta las importantes, aunque sí he tenido la opción de publicar en otras más pequeñas y es posible que de relativa importancia, no esto seguro. El caso es que me da mucha pereza el asunto de los editoriales porque suponiendo que quieran publicarte, hacerlo efectivo pasa por una serie de filtros, condiciones, tijeretazos a la obra y otras cosas que no van con mi carácter independiente y es posible que hasta indómito. Muchos dirán que es una excusa la mar de ocurrente para justificar la no publicación de mi obra en editoriales de gran calado. Sí, es posible, pero para eso siempre es fundamental enviar la obra para que la valoren. Y nunca lo hago.
Así que todo lo que publique, por ahora, será en Amazon o no será. Y publicando en la enorme plataforma, que es el futuro, si no el presente, pueden pasar dos cosas: una: la más probable, que nadie encuentre tu libros dentro de la selva o bien que los encuentren y no les interese; dos: que por las causas que sean se descargue mucho, aunque eso exige otras cosas que también me dan pereza. Así que lo único que hago es subir los libros a la plataforma y que Dios provea. Es un dicho cristiano en el que no creo, pero viene bien decirlo en este caso. Que es lo he hecho y hago con todos mis libros más grandes y más pequeños subidos a Amazon, un total de diez ya.
Por tanto, volviendo al asunto de las tres novelas, esbozaré muy brevemente para no aburrir la situación de cada una. Todas tienen títulos provisionales, pero de alguna forma hay que llamarles hasta que se publiquen con el definitivo: 

1. Donde los hombres íntegros. 

Es la más antigua de las tres y consta ahora de unas 80 000 palabras, porque también es la más larga. No sé muy bien por qué no la he acabado aún, a pesar de que ya dispongo de un final (más o menos). Seguramente porque la quiero hacer demasiado perfecta. Y eso es siempre un error paralizante.

2. Un mensaje desconocido.

Es la continuación de un relato de igual título incluido en Conversación en la taberna y 41 relatos. Contando con lo escrito ayer mismo, el número de palabras, hasta ahora, se eleva a 55 000. Me divierto mucho escribiéndola y no sé hasta dónde llegará, si es que llega a algún sitio.

3. Cuando fui carnívoro. 

La comencé en la pereza de agosto y no estoy seguro si llamarle novela o novela-ensayo. La técnica que he decidido es la narración en primera persona. y alterna lo que recuerdo de la infancia y juventud en cuanto a la relación con la comida procedente de animales y la relación con estos en general con lo que pienso en la actualidad. Adquiere un contenido crítico en contra de la comida y el maltrato de animales, como buen vegetariano que soy, por lo que el hipotético lector que tendrá, si algún día se publica, será sectorial, aunque yo siempre aconsejaré que la lea todo el mundo. Actualmente es la menos avanzada, contando con algo más de ocho mil palabras.
Y es que escribir y poder hacerlo en libertad sin ataduras de editoriales ni presiones para poder comer de ello es lo que realmente me ofrece estímulo para poder hacerlo. Es posible que no pudiera hacerlo de otra forma.
Y porque me divierte hacerlo a la vez que me transporta a otra realidad que casi siempre me gusta más que la actual.


09 noviembre 2018

LIBRO: LOS MEJORES POEMAS DEL XXV PREMIOS DE POESÍA DE TARIFA


Hoy al llegar a casa, me encontré en el buzón este pequeño y precioso libro que recoge los mejores poemas de los XXV Premios de Poesía Luz, convocado por el Ayuntamiento de Tarifa y editado por la editorial ImagenTa. Un buzón, que debido a la irrupción del mundo digital, ha quedado para poco más que para facturas y publicidad buzoneada, pero que aún guarda un rincón de sueños con correspondencia propia de otra época no tan lejana. 
La pequeña historia de mi relación con este concurso poético es peculiar, entre otras cosas, porque yo no soy poeta, o al menos, no me considero tal, sino una persona que le gusta escribir sobre casi todo y en ese todo se encuentra la poesía, que la concibo como un mundo de imágenes, síbmolos y palabras. El caso es que un buen día, acabado mi poemario, Me iré con el primer viento, deseché varios poemas. Todos sabemos que los concursos solicitan poemas inéditos, no publicados. Por tanto, si el libro iba a ser publicado (aún está en esa fase de espera o duda o ambas cosas), esos poemas ya no podrían presentarse a concurso alguno. Pero, como digo, había desechado algunos. Tal vez, los que me gustaban menos, los que consideraba menos trabajados y, sobre todo, todos esos temáticos que podrían ver la luz algún día en otro poemario, insisto, temático, como es el caso de los poemas relacionados con correr.
No soy dado a presentar cosas a concurso, pero un día vi anunciado este de Tarifa, sobre el que leí que era prestigioso a nivel nacional, por lo que alcanzaba un elevado número de participantes, algo que se corrobora en la contraportada del libro que he recibido. Así que me dije: no tengo nada que perder. Y envíe un poema corto (a vuelapluma creo que es el más corto de los seleccionados en el libro), uno de los que no consideraba demasiado trabajado, la verdad. Su título: Tiempo dormido. Pasaron los meses y olvidé el concurso. Está claro que si no se ponen en contacto contigo es porque no has ganado o, ni tan siquiera, te han seleccionado en la antología a publicar, que se anunciaba en las bases del concurso. Por tanto, como digo, pasó al olvido, hasta el punto que he tenido que 'tirar' de memoria para recordar por qué venía un poema mío en este libro. Han sido unos segundos de zozobra, sí, y confusos. No me habían notificado nada con antelación, he ahí el motivo de la confusión. 
Tras leer los dos poemas ganadores (muy buenos ambos, sobre todo el segundo premio) y otros a salto mata (los leeré todos, claro está), he comprendido que el nivel es enorme, que no se trata del clásico panfleto en el que pretendidos poetas garabatean unos versos, nada de eso. Puedo decir que yo, que no soy dado a sorprenderme fácilmente por lo que escriben otros y menos en poesía, he quedado gratamente sorprendido.
En fin, que no me enrollo más y os remito a las fotos del libro y de mi poema por si queréis echar un vistazo.
Estoy contento, sí, porque a veces llegan cartas...  

19 octubre 2018

EQUIS QUERÍA CORRER (NOVELA CORTA) SERÁ PUBLICADA

Tras muchas horas de dedicación a mi novela corta Equis quería correr (mi primera novela que verá la luz), será publicada. He valorado mucho cómo hacerlo. Las vías no son demasiadas, sobre todo para un autor desconocido que jamás ha publicado una novela, aunque sí haya publicado otros géneros, que, hay que decirlo, tampoco han sido demasiado conocidos. A saber las vías son más o menos estas: A) envío del manuscrito a una editorial tradicional y prestigiosa, que no leerá porque se acumulan los manuscritos en sus oficinas, a no ser que llegue avalada por un agente, que tampoco es fácil encontrar, ya que estos también están hasta arriba de manuscritos. B) Buscar una editorial pequeña, que apenas tiene distribución física (en realidad casi ninguna) aunque sí la tenga mediante catálogo. A través de esta editorial pequeña se podrá publicar por varias vías, si se presta a ellas: enviar el manuscrito para que lo valoren y una vez valorado y decidan publicarlo, firmar un contrato, casi siempre leonino para el autor, y dejar que ellos lleven a cabo todo el proceso editorial, sin que tú apenas puedas hacer nada (he pasado por ahí o casi); y no poder hacer nada -y eso dependerá mucho del talante de la editorial- significa no poder elegir portada, tipo de maquetación, tamaño del libro, tipo de letra, corrección o precio. Son demasiados requisitos para un resultado que no será nada del otro mundo, porque tampoco la van a distribuir y, al final, todo el proceso de marketing lo tendría que hacer el autor, o sea, yo. Podría admitir algunas de estas cosas, pero hay otras que no. Por ejemplo, el precio. Este suele ser alto, sencillamente, porque al asumir la editorial todo el proceso editorial, intentará rentabilizar los costes y como sabe que no podrá hacerlo a través de miles de ventas lo hará gracias al amplio margen de ganancia que calculará por cada libro vendido. El resultado será que un libro que tiene un coste aproximado de cinco o seis euros lo venderá a quince, dieciséis o dieciocho euros y a esos precios un libro de formato estándar de medidas 15X21 y de unas doscientas cincuenta a trescientas páginas resultará caro, ya que es un precio más propio para un libro de mayor tamaño con tapa dura y de autores conocidos. Por tanto, lo idea es optar por una forma intermedia: asumir yo el proceso editorial, ayudándome de las editoriales honestas que prestan servicios pero que también llevan a cabo un proceso editorial solvente. De esa manera, podré opinar e intervenir en todo el proceso editorial y, lo que es más importante, fijar un precio más que razonable, que para un libro de las características antes anotadas no debería de estar por encima de los diez o doce euros.
Por tanto, dicho esto, este que os escribe desde este lejano rincón digital, va a publicar su primera novela, la cual ya casi he terminado de revisar por tercera vez, una vez leídos los borradores por mis lectores 0 y hechas sus sugerencias. Ya solo queda ese último o primer proceso editorial (depende cómo se mire): la corrección profesional y, posteriormente, todos los demás. 
Dicho también esto, expondré ahora los motivos por los que me ilusiona publicar esta primera novela. Son muchos, pero los trataré de resumir para no hacerme muy pesado (porque si habéis llegado hasta aquí es posible que dejéis ya de leer): el primer y principal es que he trabajado mucho en ella. No saldrá perfecta, porque ningún libro lo es, ni tampoco creo que vaya a ganarse a todos los lectores del planeta, pero es una novela a la que me he dedicado e intentado pulir lo máximo posible como el escultor pule una roca para sacar de ahí una escultura o un pintor da vida a un lienzo. El segundo, está más relacionado con mi proyección como escritor no profesional: necesitaba dar ese salto. Y aunque se trata de una novela corta (dedicaré otro día un post para hablar del proceso creativo que he seguido) que tendrá unas 53 000 palabras, necesitaba comprobar cómo me desenvuelvo en el género largo, más allá del relato corto, que es lo que más he escrito hasta ahora.
Hay más razones, pero las dejaré para otro momento. Tan solo comentarios (si ya habéis llegado hasta aquí, os pido un poco más de paciencia, por favor, que ya acabo), que no pretendo hacer una presentación como las anteriores -para quienes las hayáis vivido-, sino más discreta y con menos aforo. Llevo muy mal el compromiso de que se asista a la presentación de mis libros porque sea yo el autor y me conocéis. Prefiero que asistan cinco lectores que, en realidad, les interese mi libro y lo busque, a que asistan sesenta que lo hagan porque soy yo quien ha escrito el libro. Las presentaciones son pretenciosas y hay demasiadas, pero pueden ser divertidas y  emocionantes, además de un magnifico acto cultural, casi siempre enriquecedor. Por tanto, la haré en una librería, un lugar idóneo para presentar un libro y con poco aforo, muy a la americana. Intentaré que sea antes de que acabe 2018, pero queda aún bastante para culminar el libro y la Navidad está cercana y es mala fecha para presentar libros. Si no es posible, ya me iría al mes de marzo (los primeros meses del año sin realmente grises y oscuros) porque tampoco quiero llegar a la Feria del Libro, que se está convirtiendo también en algo muy pretencioso. 
Pero de todo eso ya hablaré otro día.  

24 julio 2018

MICRORRELATO COMO LA VIDA MISMA: LAS GÓNADAS DEL CAJERO

La estética y  contenido de un microrrelato, relato corto o relato largo puede ser variada. Cada autor tiene su propio proceso de creación, pero considero que al margen de los relacionados con la ciencia-ficción y algún que otro género más, en mi caso, suelo mezclar ficción y realidad, sin que sea fácil, en ocasiones, distinguir una de la otra. Incluso, si se trata de relatos góticos, históricos, utópicos o distópicos, siempre suelo mezclar ambas cosas.
Y pueden surgir de la más rasa cotidianidad. Para ejemplo este microrrelato que os inserto a continuación, al que podríamos titular (porque los títulos son muy importantes en los relatos, quizá más que en la novela): Las gónadas del cajero. Así planteado el título quizá no nos diga nada o es posible que nos diga mucho, pero ahí radica el juego imaginativo. Veamos. 


 Resultado de imagen de caja registradora    Estaba yo pagando un artículo en una centro comercial de deportes de esos que ahora surgen por todas partes y que sirven tanto para vestir a un niño al comienzo de curso o ataviar a un deportista cercano a la élite, cuando el cajero, tras accionar varias veces un botón de la caja registradora con pantalla ésta se resistía a abrirse. Harto de intentarlo, le pregunta a un compañero, que qué había que hacer.

- Dale a aceptar -dijo el compañero.

Le dio y la caja registradora que estaba al nivel de sus gónadas se abrió de forma violenta y sin aviso, dando el cajero un respingo para atrás. Y yo testigo excepcional de la escena dije por decir algo ante lo embarazoso de la situación:

-Hay que tener mucho cuidado con lo que se acepta en esta vida.

Ambos reímos. Por suerte, era una persona con buen carácter, porque no olvidemos que esto que cuento ocurre en Granada y nunca se sabe cómo puede ser la reacción...

10 julio 2018

EL TEMPLO ROMÁNICO (MICRORRELATO)


EL TEMPLO ROMÁNICO

Fue extraordinario que en la pequeña aldea, que constaba de ocho o diez casas y una tienda -que era al mismo tiempo bar y bazar-, le dieran la llave de aquel ajado templo del principios del siglo VI ¿Es que no temían que cualquier desequilibrado con un mero cortauñas acabara con aquellos frescos románicos bien conservados adosados a las cuatro paredes? Se ve que no, que en la aldea era todo bondad. Tenían sus datos, su documento de identidad, pero aun así el riesgo existía. Pensaba en ello cuando abría la enorme puerta del espacioso templo perdido en el monte y en el que la tradición situaba el enterramiento de  Pelayo, Rey de Asturias e impulsor de la Reconquista cristiana. El templo, gloria y orgullo de la zona, estaba desprovisto de mobiliario alguno y parecía sostenerse tan sólo con los contrafuertes del ábside.
 Tras dedicar unos pocos minutos a vagabundear por el silencioso y oscuro recinto, desprovisto de claraboya y cristales por los que pudiera penetrar la luz ya mortecina de la tarde, consiguió obtener una respuesta a la pregunta sobre el riesgo de dar la llave a cualquier desconocido, admitiendo que lo difícil no era entrar en aquel sitio misterioso sino salir. Entonces comprendió de golpe que aquellos tranquilos habitantes de la aldea no eran todo bondad, como pensó. Pero lo pensó demasiado tarde.

24 junio 2018

RELATO DE VIAJE: BARCELONA (LIBRO: RELATOS Y ARTÍCULOS DE VIAJES. AMAZON)


Barcelona es una ciudad predispuesta para la literatura. Lo venía a decir un lector del blog del viajero, Adán, desde Chile, en un comentario anterior a raíz de un artículo publicado por el viajero en la revista granadina Garnata —ya desaparecida— sobre las ciudades literarias (el cual podrá leer el atento lector en el apartado de artículos de viajes en este mismo libro). Y, precisamente, el viajero venía de visitar esta ciudad en estos días y corroboraba ese hecho que ya había observado con la lectura, no solo en los últimos bestseller de dos narradores catalanes: Carlos Ruiz Zafón e Ildefonso Falcones, sino en esa novela que narra lo que marca un antes y un después de esa Barcelona universal y diversa, que no es otra que la excelente La ciudad de los prodigios del inagotable Eduardo Mendoza. Además, el premio Nobel de literatura, Vargas Llosa, se siente un catalán más porque hizo de Barcelona uno de sus refugios escribidores. Por tanto, mucho de literario ha de tener esta ciudad para que confluyan tantos autores y acontecimientos relacionados con los libros.
Barcelona —igual que ocurre con Madrid—, es una ciudad que se transforma en varias. Porque existen varias ciudades superestructuradas de forma independiente, aunque, al mismo tiempo, conectadas de una forma u otra. La Barcelona futbolera que habita y respira en torno a ese equipo de sueños infinitos nada tendrá en común con esa Barcelona golfa y babélica del Raval; y la medieval presencia del Barrio Gótico y el Born, con la simbólica irrupción de Santa María del Mar que tan amplia e irregular novela inspiró a Ildefonso Falcones, probablemente jamás se den la mano con la Barcelona moderna, próspera y rica de la Diagonal o del entorno de esos edificios vanguardistas simbolizados por la torre Agbar; o, tal vez, esa variopinta y heterogénea mezcla que representa esa montaña (también mágica) de Montjuic que alberga tanto una espléndida muestra de pintura y escultura románica y gótica contenida en su Museo Nacional de Arte de Cataluña como la majestuosidad de su mediático Estadio Olímpico. Todo es inacabable e inabordable en esta ciudad, símbolo del catalanismo.
Esas superestructuras que se contienen en una misma ciudad, lógicamente, dan mucho juego para hacer literatura, porque las ciudades literarias no se nutren solo de calles y plaza pintorescas, históricas o artísticas sino de la variedad que conforman sus gentes y sus relaciones, que son los elementos necesarios que pueden elevar a categoría literaria a una ciudad. Y en todo eso Barcelona —como para muchos en el fútbol— gana por goleada.
El viajero ha comprendido que Barcelona va siempre un paso por delante. Eso es muy evidente cuando se pasea por ella. Porque pocas ciudades ofrecen una modernidad tan avanzada como la Ciudad Condal dentro del territorio español; una modernidad que conecta sobremanera con lo más selecto de las ciudades europeas de nuestro entorno.
Locales dedicados al ocio, revestidos de un diseño desconocido por estos lares, comercios diseñados de la manera más vanguardista, gente vestida de la forma más variopinta que pasea por esa infinita riada de personas llegadas de todo el mundo que son sus Ramblas o un mercado antiguo, como el de La Boquería, transformado en un lugar en el que los productos delicatessen se mezclan con los más tradicionales. Todo es posible en esta Barcelona de principios del siglo XXI, en la que el viajero se ha sentido muy a gusto en las vísperas navideñas, que es cuando la ha visitado.

11 junio 2018

'ME IRÉ CON EL PRIMER VIENTO', 'REFLEXIONES Y POEMAS NOCTURNOS DE UN CORREDOR', 'EQUIS QUERÍA CORRER'...

He titulado así esta entrada porque hablaré de estos tres proyectos acabados o muy cerca de estarlo. Y de camino, reflexionaré sobre la relación entre acabar proyectos y publicarlos. Que nada tiene que ver una cosa con la otra. Veamos. 


Me iré con el primer viento (poemario) 

Es una obra ya acabada -suponiendo que eso sea posible en el mundo de la literatura-. Se trata de un poemario que se compone de un total de entre setenta y ochenta poemas, no demasiado largos la mayoría. Algunos de ellos están publicados en redes sociales, pero muchos otros no. De este libro siempre he obtenido buenas opiniones del sector de editorial, pero, ojo, hay que tener mucho cuidado y distinguir si se trata de opiniones buenas reales o cantos de sirenas para animarte a publicar, porque la poesía no te la publica ninguna editorial a no ser que seas el mismísimo García Lorca y hayas regresado a la vida. No obstante, jamás había obtenido un informe de lectura y mucho menos de un poemario y este libro lo ha obtenido con una calificación altísima, según la editorial el mejor informe que han obtenido de un poemario. Eso no será decisivo a la hora de publicarlo. No por ahora. 




Reflexiones y poemas nocturnos de un corredor (verso y prosa) 

Este proyecto comenzó hace unos meses estando lesionado. No podía correr, así que por la noche rememoraba sensaciones y comencé a escribirlas en la tablet, influido por un pequeño libro que me prestaron (habrá que dar la razón a J.J. Benitez y pensar que no existen las casualidades) y que abordaba el correr en forma de prosa y con fotos. Así que decidí escribir 42, que son los kilómetros que tiene un maratón, que no contarán con más de 200 palabras cada una, calculo. Unos meses antes había acabado el poemario y extraje los poemas relacionados con correr (siete en total; unos 200 versos) que conformaban un capítulo independiente, con la idea de algún día escribir un libro de poemas integrado tan solo por versos sobre correr, que aunque parezca una frikada, a veces me salen. Así que vi la oportunidad perfecta de integrar esas reflexiones y los poemas y de ahí el título; y como quería que hubiera fotos en blanco y negro con temática sobre correr, comencé a seleccionar algunas que tenía tomadas y comencé, también, a tomar otras. El resultado final es un libro de unas 100 páginas, que me gustaría se tratara de una pequeña joya que pueda leer tanto el corredor como el no corredor. Este libro, al igual que el anterior, no admite tan solo versión digital, así que habrá que buscar la ocasión para publicarlo en papel, a pesar de que es un producto por el que pocas editoriales apuestan. 

Equis quería correr (novela corta)   

Hablo de esta novela porque, contra todo pronóstico, de las tres comenzadas y un esbozo de una cuarta, es la que está más cerca de concluirse. No será una novela larga. En fase de borrador está en unas 40 000 palabras, por lo que es posible que acabe en ésas o, tal vez, en unas tres o cuatro mil más, depende mucho del desarrollo que le dé a la historia. En un libro estandar 15x21 podría estar en torno a las 200 páginas. No estoy muy seguro cómo se publicará. Es probable que tan solo en Amazon, con versión digital y papel, porque no merece la pena enviarla a una editorial grande para que la evalúen -que no lo harán si eres desconocido- y apostar por las editoriales pequeñas es una temeridad porque no la distribuyen, no la promocionan y cuesta un mundo recuperar los derechos, es decir que se muere, como ya me ha ocurrido con algún que otro libro. Lo que no está claro es que el título final de la novela sea éste ni que el personaje acabe por llamarse Equis, que es el nombre provisional que ahora tiene. Haría una encuesta.        


03 junio 2018

UNA CUESTIÓN DE PESO



Para los corredores siempre hay una cuestión de peso en su mente. Al peso físico me refiero. Es lógico que sea así. No sólo porque les parece más estético estar delgados —que quizá sea la cuestión más superficial— si se dedican a correr habitualmente, sino porque un menor peso siempre posibilitará que puedan correr mejor y castigar menos la musculatura de sus miembros inferiores. Pero no todo el mundo tiene una predisposición genética a perder peso con facilidad y a estar siempre delgado, ni siquiera los corredores habituales. Por lo general, la mayoría de la gente aumenta de peso con la edad por una razón muy sencilla: por poco que se coma, siempre se ingieren más calorías que las que realmente gastamos al necesitar el organismo menos energía para subsistir y existir un mayor número de aparatos eléctricos y electrónicos, así como artilugios de todo tipo que, sí, hacen nuestra existencia más cómoda, pero también contribuyen a que nos movamos menos. Todo lo positivo también tiene algo de negativo. Un ejemplo muy sencillo: el mando a distancia que tienen todos los aparatos del tipo que sean hace muy cómoda nuestra vida, pero tiene el inconveniente de evitar la movilidad necesaria para conectar, desconectar o graduar el aparato que controla. Podrá parecer poco significativo, pero sí lo es, sobre todo si consideramos que se trata de una actividad —inactividad en este caso— diaria. Además, se da la circunstancia que la comida que consumimos cada vez está menos elaborada y es más insana, así como provista de elementos químicos y grasas saturadas o transgénicas que no convienen nada a nuestro organismo. Es innegable que con el paso de los años alcanzamos un mayor estatus económico “o al menos era lo habitual antes de la pertinaz crisis”, y eso hace que nuestra vida sea más hedonista, sedentaria y cómoda. Y esa vida hedonista, invariablemente, siempre tiene un fiel aliado: el cuerno de la abundancia, repleto de viandas y bebida; más de las que podemos y debemos permitirnos. Así que todo esto sumado produce consecuencias catastróficas. Hay que añadir también un factor nutricional, porque no se trata solo de lo mucho o poco que se coma sino del tipo de productos que se consuman, ya que todas las calorías no son iguales. De hecho, las más caloríficas suelen estar más unidas al placer culinario y los menos a la vida más ascética y ordenada, que suele exigir sacrificios añadidos. Los corredores, a pesar de que gastan más calorías que la media, no son de otro planeta —bueno, algunos sí— y sucumben también a esa vida cómoda, a esa comida basura y a esa bebida azucarada que se encuentra por todas partes, hasta el punto de que tienen que hacer un verdadero esfuerzo para abstenerse. El corredor en ciernes, ese que va adquiriendo el hábito de correr, no es consciente al principio de los hábitos culinarios que ha tenido antes de iniciarse en el deporte. Comprueba —y comprueban— que va perdiendo peso, pero aún no es capaz de asimilar por completo si se debe a esa afición de devorar kilómetros por caminos o al cambio de hábito alimenticio; o a ambas cosas. Sabe que se siente mejor y que cada vez ignora más esa comida basura que antes le encandilaba. Se podría decir que es un proceso casi natural, como si fuera el propio organismo el que rechazara comer ese tipo de alimentos que nada le aportan. Comprueba asimismo que, si por alguna circunstancia deja de correr durante cierto tiempo, es posible que vuelva otra vez a ese picoteo tan peligroso y, en consecuencia, se dispare de nuevo la báscula. Eso hace que decida volver a correr si cabe con más intensidad. Es como una especie de círculo vicioso. Sí, es cierto que para la población en general está delgado, pero es posible que no lo suficiente para el intramundo que gira en torno al corredor. Lee y se documenta, para acabar llegando a la conclusión que la única manera de poder acercarse a su peso forma es controlar también la alimentación. No hay fórmulas mágicas. Particularmente, mucha gente me pregunta si los corredores hacemos dietas específicas y les contesto que por lo general no; es más, no es conveniente porque, en mi opinión, todas las dietas adolecen de defectos y evitan que ingieras algún alimento básico para nuestro organismo. Lo que hacemos —les digo— es comer de manera sana, evitando atiborrarse y, sobre todo, evitando determinados tipos de alimentos “frituras, grasas saturadas y transgénicas, golosinas, frutos secos en abundancia, alcohol en cantidades altas, bollería industrial, comida basura, el tapeo... etc.”. Lógicamente, cuando les enumeras toda esa retahíla de alimentos prohibitivos la mayoría considera que, en su caso, es misión imposible; pero yo les digo que en absoluto es necesario el consumo de todos esos alimentos perjudiciales, que lo único que provocan es mal alimentarte y hacer que ganes peso. He de decir al hilo de esto, que casi me escandaliza los alimentos que habitualmente comen algunas personas que, además, no hacen ejercicio físico alguno. Por lo que respecta a mi caso particular —que en absoluto soy un purista de la alimentación—, no me supone ningún esfuerzo añadido apartarme de estos productos, pero he decir que tampoco los desdeño si se tercian en determinadas ocasiones. No hay que hacer tabú de ellos. Conviene pecar un poco para no pecar siempre. Por ejemplo, nunca los desdeño cuando viajo por placer porque siempre me intereso por la gastronomía del lugar, sea la que sea, y si ésta incluye alimentos de los denominados “no deseados”, jamás los rechazo porque sé que no me voy a atiborrar ni van a estar presentes en mi dieta diaria, a lo sumo unos cuantos días. Hay que admitir que no siempre se coge peso porque se tenga más grasa. Puede ser que sea porque se tenga más músculo, pero la sensación de delgadez siempre pasa por tener la menor grasa posible. Así que me dije que había que ponerse manos a la obra y fue el pasado junio “de hace unos cuantos años” cuando comencé a reflexionar y a documentarme. Comprendí que había un principio muy básico —exageradamente básico diría yo— al que se referían desde grandes maestros de la nutrición académica, como es el caso de Grande Covián, hasta grandes atletas profesionales, como es el caso del campeón mundial de maratón Martín Fiz: hay que gastar más calorías que las que se ingieren. Pero, a pesar de ser un axioma de fácil construcción, no es tan fácil llevarlo a la práctica, ya que es muy importante que los corredores ingieran los nutrientes y los oligoelementos necesarios para que su dura actividad física no acabe por enfermarles. Así que creí haber dado con la tecla para bajar de peso: disminuir más la ingesta de hidratos de carbono, principalmente, en la cena; alejarme, por completo del tapeo a mediodía los siete día de la semana —lógicamente, advirtiéndoselo antes a los amigos y compas de oficina—, estabilizar el consumo de proteínas —sin que sea necesario llegar a la, en mi opinión, malsana dieta Dukan, como después indicaré—, aumentar el consumo de fruta, eliminar carnes que no sean magras (escrito con anterioridad a que el autor se hiciera vegetariano),  eliminar todo el alcohol de las bebidas espirituosas y no atiborrarme de ninguna comida por poco calórica que sea. Por suerte, hace años, había eliminado de la dieta normal todos esos alimentos basura que antes enumeraba. Lo que he decidido no hacer, porque por ahora no es necesario, es eliminar la cerveza. Cada día proliferan más estudios rigurosos en los que se deduce que la relación entre el correr y la cerveza es amigable ¿Llegaré a ese menor peso propuesto con este plan? Estimo que sí. Al menos voy camino de ello. Pero, aconsejo, que cada uno adapte y adopte su propio sistema, el que le vaya bien, sin agobios ni obsesiones. No olvidemos que cada cual es dueño de una genética, una fisonomía y unas necesidades distintas. Y, si es posible, siempre es conveniente estar bien aconsejado por profesionales, tanto endocrinos como dietistas, si se trata de llevar a cabo algún cambio serio en la alimentación.  

15 mayo 2018

LA MADUREZ DEL ESCRITOR INDIE

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Es común que quienes dedicamos gran parte de nuestro tiempo libre a escribir (porque no somos profesionales y hay que compartirlo con un trabajo remunerado que nos posibilite pagar las facturas) vayamos atravesando etapas, muy necesarias para hacernos como escritores. Es algo que lo solemos comentar entre nosotros, bien cuando hablamos en el plano físico como en el virtual, mucho más común en la actualidad. Esas etapas han de darse de manera progresiva y sería inútil forzarlas o tergiversarlas. Son etapas de madurez, de autocrítica, de perfeccionamiento, de solidez... Etapas que son, en ocasiones, inacabables e inabarcables, dado que la literatura es un arte -como todo arte- que no deja de exigir perfección. Una de éstas es el perfeccionamiento, mejoramiento y corrección de tus propios textos, al tiempo que la necesaria autocrítica, que siempre será positiva porque ayuda a crecer.
Cuando comenzamos a escribir y a publicar somos ingenuos. Nos vence la ilusión y falta de paciencia por publicar; porque hoy día ya no es necesario hacerlo con una editorial que acepte nuestra obra. Sin embargo, ahí radica el principal problema y la trampa más temible. Hemos de partir de la base que tampoco se asegura la perfección en la expresión lingüística, semántica, ortotipográfica y de estilo publicando con una editorial tradicional potente y prestigiosa, pero sí es seguro que el producto final será mejor o, al menos, más cuidado. A sensu contrario, publicar por tu cuenta, gracias a las múltiples posibilidades que ofrece hoy día la era digital y editorial, tiene sus riesgos. De ahí que no sea igual autopublicarse que autoeditarse. Es completamente comprensible que la mayoría de quienes publicamos optemos por estas dos vías, pero para evitar esos riesgos y problemas a los que me refería, cada vez es más necesario acercarse a la autoedición cuidada y profesional y apartarse de la autopublicación que casi nunca cuenta con las garantías y profesionalidad exigida a un producto decente, que en este caso será tu propio libro y por ende, tu propia carrera como escritor. En la parte intermedia, existen gran cantidad de pretendidas editoriales que ofrecen sus servicios de autopublicación, pero pocas apuestas por servicios de autoedición de calidad. A todo este proceso se ha dado en llamar autor indie, que es un autor que se convierte en dueño de todo el proceso creativo y editorial, radicando en varias o todas esas fases de ese proceso su principal problema y error. 
Si una editorial solvente, una vez entregado el manuscrito del escritor al que desea publicar, necesitar atravesar todas esas fases desde que se entrega el manuscrito al editor, ¿por qué un autor indie no ha de asumirlas todas de igual manera? Efectivamente, en ambos casos hay que asumirlas todas y cada una de ellas, la única diferencia está en que en el primer caso será la propia editorial la que las asumirá, aunque no todas las editoriales las cumplen todas a rajatabla, y en el segundo, en el caso del autor autoeditado, deberá de asumirlas él mismo, para lo cual se aconseja que lo haga contratando los servicios de profesionales adecuados que le corrijan la obra, la diseñen la portada, le maqueten el texto y le impriman los libros. Luego, llegará la labor más correosa y, tal vez, difícil, como es la promoción de sus propios libros, aspecto éste que bien llevado y trabajado da resultados excelentes, según vemos en muchos casos, gracias, sobre todo, a la innovación actual de las plataformas digitales como Amazon, que se ha convertido en la librería virtual más grande del planeta. Sobre esto habría mucho de qué hablar y exigiría nuevos artículos, que poco a poco irán llegando. Baste plasmar en éste esos elementos básicos que establecen de manera diferenciada la forma de edición. Y que sirva también lo aquí explicado como argumento válido de lo que apuntaba al principio sobre esa etapa de madurez a la que vamos llegando los que ya tenemos más de un libro publicado, una etapa de madurez que hace que te conviertas en un autor indie serio autoeditado en vez de un autor desorientado autopublicado. Porque el problema hoy día no es que que el mercado editorial profesional tradicional no desee publicar a escritores no conocidos o nada mediáticos, sino que muchos de los conocidos y mediáticos cada vez tienen menos cabida en ese sector editorial tradicional, mientras que otros prefieren seguir siendo indies porque les va mejor que siendo publicados por esas prestigiosas editoriales, que exigen muchos sacrificios y ofrecen por lo general, pocos emolumentos y satisfacciones.                 

07 mayo 2018

EQUIS QUERÍA CORRER: LA HISTORIA DE UN PROYECTO QUE ACABA EN NOVELA CORTA

Corrían los últimos años de la primera década de este siglo y yo administraba un blog dedicado, en esencia, a todos los aspectos relacionados con el correr, cuando surgió una historia que fui 'entregando' por capítulos y a la que denominé Equis quería correr. Se trató de un título de los denominados espontáneos, pero que tenía mucho que ver con lo que quería contar. Comenzaba así: 'Equis era un tipo gordo, pero sus amigos  y su familia apostarían su hacienda para desmentir que lo era. Y quería correr. No podía hacerlo ahora, pero eso no importaba demasiado. ¿Por qué no podía correr ahora? Por su volumen, por sus pulmones encharcados de humo, por su hígado rehogado en alcohol, por sus desastrosos hábitos alimenticios. Pero correría. Lo sabía.'  Ése era el principio de la historia y posiblemente lo sea. Luego continuó con una trama, que resultó interesante y emocionante para los lectores del blog de entonces, que eran numerosos he de decir (no existían las redes sociales, aún). Pero aquella historia no continúo como no continúo el blog -que se reconvirtió en éste-, a pesar de que ya tenía contenido para un relato medio. Hasta que un buen día tirando de blog (que como siempre digo es la verdadera casa del escritor de estos tiempos), me reencontré con la historia y me dije: ¿por qué no continuarla? Así que la releí con atención para sopesar las posibilidades que podría tener como novela corta (no quería que fuera larga) y a medida que la leía comenzaban a aflorar ideas, situaciones, personajes.. Una historia de encuentros y desencuentros que es la frase de gancho que he introducido en esta portada de reclamo. El caso que la he estado escribiendo casi a diario desde entonces y ya ha alcanzado las 26.000 palabras en versión borrador. O sea, que está a unas 14.000 palabras de concluirla y luego quedará todo ese proceso de relectura, corrección ortotipográfica profesional y, finalmente, su edición, que no tengo ni idea de cómo será, si bien me inclino por ambos formatos: papel y papel. No será nada inmediato, por supuesto; de hecho, le quedan muchas horas de trabajo, pero ya he conseguido crear una sinopsis más que aceptable y construir una estructura y una trama. Por tanto, ya sé lo que ocurrirá y -casi- cómo acabará. Queda terminarla y concluir todos esos laboriosos y complicados procesos posteriores que he comentado hasta que llegue a tus manos, hipotético lector, que, espero que me acompañes en este proceso.       


02 mayo 2018

UN PROYECTO CURIOSO: REFLEXIONES Y POEMAS NOCTURNOS DE UN CORREDOR

Yo escribo cosas, elaboro proyectos y los suelo acabar. Luego los dejo dormir un tiempo, a veces más largo, otras más corto. Pero no todo nace con la vocación de publicarse, aunque, sí, ese debería ser el fin último. Pero ocurre que no todo lo que se proyecta acaba alcanzando una forma concreta y sin ella no es posible hacer un libro. Sin embargo, he de admitir que cuando un proyecto me ronda por la cabeza, visualizo  el libro, que bien podría ser en papel o en digital. Es de esa forma cómo he publicado ya seis libros, entre papel y eBooks.

El origen de Reflexiones y poemas nocturnos de un corredor
   
Un buen día, de manera inopinada, cayó en mis manos un librito de no más de sesenta páginas. Quien me lo hizo llegar también envió un mensaje: cuídalo, es un libro de cabecera. Era sobre el corredor y lo componían textos, prosa más que poesía, y fotografías. No era gran cosa lo que contaba, he de admitir, pero tenía su atractivo. Así que me dispuse a leerlo y lo acabé en apenas una hora. Luego, me quedé reflexionando y vi una especie de luz. Es esa especie de luz que solemos ver quienes escribimos y estamos en todo momento a la busca de un proyecto nuevo. Vi claro lo que quería escribir. Nada tendría que ver con lo que había leído en ese librito, pero sí había posibilitado que visualizara el proyecto. Al principio, un poco difuso, sin esquema previo, pero poco a poco fue tomando forma. La idea no era otra que, aprovechando que me encontraba lesionado y no podía correr, elaborar cada noche una reflexión sobre correr de pocas palabras y a esa reflexión acompañarle una fotografía, ambas cosas motivadoras para quienes gustan correr y leer sobre correr, pero también para quien no siendo corredor le guste leer prosa y poesía, porque también incluiría poesía. Resulta que había acabado de escribir el manuscrito del poemario 'Me iré con el primer viento', y había decidido excluir los poemas dedicados a correr, que conformaban un capítulo independiente. Abrazaba la idea de escribir algún día un poemario dedicado en exclusiva a este deporte. Así que la idea ya iba cogiendo forma, de hecho la tenía ante mí: incluir en ese libro de reflexiones los poemas. Al poco, consideré como muy razonable y lógico que fueran cuarenta y dos las reflexiones, iguales kilómetros que tiene la distancia mítica del maratón. Luego, ya estaba diseñado el proyecto. Ya solo faltaba corregir, reescribir, dar orden a lo escrito y buscar las fotografías muchas, de las cuales serían mías, pero otras las buscaría en banco de fotos gratis o de pago.
¿Será publicado algún día? No lo sé, en verdad, aunque sí tengo ya claro que de publicarse tendría que ser en papel, porque hay libros para papel y libros para digital.               

30 abril 2018

RECAPITULANDO PROYECTOS

Esta será una foto típica que irá en el breve libro
 'Reflexiones nocturnas de un corredor",
si bien en blanco y negro
Hola amigos. Actualizo un poco còmo configuraré los próximos meses en cuanto a publicaciones editables. Hay varios proyectos como sabéis, pero totalmente terminado tan solo el poemario 'Me iré con el primer viento', el cual quisiera que viera la luz sobre otoño. Mientras tanto, está ya bastante avanzado otro proyecto singular: 'Reflexiones nocturnas de un corredor' (título provisional). Son ya 33 las reflexiones hechas, por lo que ya solo quedan nueve. Además, incorpora varios poemas dedicados a correr y un total de veinte a treinta imágenes relacionadas con las reflexiones y los poemas, por lo que será una obra breve, de no más de 80 o 90 páginas y que quisiera se interprete como libro de consulta motivadora, sobre todo para corredores, pero también -en ello me esfuerzo- para no corredores. Es probable que esa pequeña obra también esté en la calle este mismo año en una edición con pocos ejemplares.
Por su parte, la novela corta, va a buen ritmo y es posible que esté acabada este mismo año, pero no será probable que vea la luz aún. Los demás proyectos deberán esperar porque son de más largo recorrido, como es el caso de la novela larga 'Donde los hombres íntegros' o esa publicación sobre cuestiones animales que podría integrar relatos, microrrelatos, poemas y reflexiones, que aún no tiene forma ni título. Algunas de estas publicaciones serán tan solo en versión digital, con opción de que pudieran salir en papel a través del servicio de CreateSpace; sin embargo, otras si tendrán su sello editorial, descartando casi por completo enviarlas a editorial alguna tradicional, toda vez que la tardanza es eterna y, casi nunca positiva. Y no lo lo digo porque tenga mala experiencia en ello. Lo poco que he enviado -Corriendo Entre Líneas- ha obtenido respuesta favorable pero hay que valorar bien si merece la pena o no.   


14 abril 2018

¿QUÉ PASARÁ O NO PASARÁ CON MI POEMARIO 'ME IRÉ CON EL PRIMER VIENTO'?

Cuando acabas un libro, sueles quedarte mirando el borrador y te preguntas: ¿qué hago ahora? Es una pregunta que a medida que más experiencia tienes en la publicación de libros, más te haces. 
Desde fuera, sobre todo para gente que esté al margen de la edición y publicación de libros, la cosa puede ser tan fácil como meter el borrador en un sobre y enviarlo a una editorial importante para que ese borrador se convierta en libro. Tú, autor de la obra, crees en ella (¿quién va a creer más que tú?), entre otras cosas porque has estado muchos meses, quizá años, escribiéndola. Pero ocurre en esto de la creación que, el verdadero camino comienza cuando la obra ya está acabada. Es muy distinto a otras obras y construcciones menos prosaicas. Por ejemplo, tú necesitas reformar tu cuarto de baño y llamas a una empresa o a un albañil. Le cuentas a éste qué es lo que quieres hacer y los materiales que quieres instalar. Éste te ajusta un presupuesto, lo admites y ya está. Desde el punto de vista del albañil, basta con hacer su trabajo de acuerdo con lo encargado y punto. Sin embargo, cuando acabas un libro, una composición musical o un cuadro (a no ser que se trate de algo por encargo, que entonces no decides tú qué  y cómo crear), el verdadero camino comienza cuando has puesto el punto y final en el borrador. Así de perra es la creatividad, aunque es esa también su mayor virtud. Me explico.
Cuando te sientas a escribir un libro, nada ni nadie te impide qué y cómo escribir; es más, nadie te fija un plazo ni tan siquiera las horas que has de dedicarle cada día. Esa es la verdadera virtud de la creatividad libre. Su contrapeso es que publicarlo no es un camino de rosas. Por suerte, cada día está más en alza la autopublicación seria y consecuente (no la chapucera e inconsecuente). La otra opción es la tradicional. Por supuesto que a todos nos gustaría que nuestras obras las publicara una editorial grande, pero no a cualquier precio (al menos, esa es mi opinión). Porque hay un precio. No un precio material, pero sí en cuanto a aspectos que sesgan mucho tanto al autor como a su trabajo. Las editoriales tradicionales son empresas que quieren vender y si no lo hacen con tu libro, te olvidan. De hecho, cada día son más los autores que así lo reconocen y que, por eso, han decidido optar por la autopublicación. A eso hay que añadir los eternos plazos de estas editoriales para contestarte (para decirte que no, en la mayoría de las ocasiones, o ni siquiera contestar), para editar el libro, una vez admitido, para corregirlo, para sugerirte o imponerte cambios, para exigirte que te muevas en la promoción yendo en aquí a allá, para que vendas tu libro porque ellos solos no lo conseguirán, para, al final, dejar tu libro arrinconado en un frío almacén o en el anaquel más apartado de cualquier librería, con el añadido de que no dispones de los derechos de él hasta que pasen cinco años. Y en cuanto a tus derechos de autor, olvídate de enriquecerte, aunque se venda razonablemente bien. Todo lo que cuento se basa en alguna experiencia mía, que no he publicado con grandes editoriales pero sí en edición tradicional, y de lo que le he escuchado a autores que han tenido la decencia de contar la verdad de sus experiencias con editoriales grandes y prestigiosas.
Dicho esto (que es un rollo de mucho cuidado), mi decisión personal es que mi poemario 'Me iré con el primer viento' no será enviado a editorial alguna (lo hice a un par de ellas y lo valoraron muy bien, pero sus propuestas no me convencieron), sino que será autoeditado, muy probablemente en la mayor editorial y librería del mundo, la que está desafiando a todas las demás: Amazon.
¿Para cuando? No lo sé. Supongo que para después del verano.      

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...