Mostrando entradas con la etiqueta EMPLEADOS PÚBLICOS DE LA JUNTA DE ANDALUCIA CONTRA EL NEPOTISMO DEL GOBIERNO ANDALUZ. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta EMPLEADOS PÚBLICOS DE LA JUNTA DE ANDALUCIA CONTRA EL NEPOTISMO DEL GOBIERNO ANDALUZ. Mostrar todas las entradas

29 noviembre 2012

UNA DIMENSIÓN POLÍTICA FUTURA

Como sabemos, Andalucía, es la tierra de la innovación desde aquella 'Segunda Modernización', esa parida que algún preboste de la Junta de Andalucía anunció un buen día a bombo y platillo, seguramente, acompañada de una buena partida cargada de crédito suficiente y opaco, que es costumbre en esta tierra.
Pero aquel invento, que tuvo su mérito mediático y que quisieron adquirir todos los vendedores de humo, nada tiene que ver con el que se ha acuñado recientemente. 
Nos es fácil de explicar con palabras, porque seguramente forma parte de una dimensión futura que los estudiosos en ciencia política de la Universidad de Beckley están comenzando ahora a estudiar. Pero de concretarse ese nuevo punto de inflexión de la ciencia política, ese invento acuñado en esta ajada tierra va camino de convertirse en un 'summus' teórico-político de importancia impredecible. 
Pero no hagamos más giros lingüísticos y refirámonos de una vez por todas a este magno asunto que da forma y oficio a este artículo: la nueva forma de gobernar de la coalición de partidos que gobiernan esta tierra andaluza, solaz de múltiples civilizaciones que han ido dejando su impronta. 
Aunque he de advertir que no es fácil de explicar. Ni tan siquiera para este humilde articulista que posee formación jurídica y que algo de teórica política ha estudiado, por no hablar de los años dedicados a la praxis política. 
Se trata, ni más ni menos que de una forma avanzada, que permite gobernar juntos en el ejecutivo, pero disentir de lo importante en el legislativo, sin que eso tenga efecto alguno ni provoque agrietamiento en la concepción del todo. Una especie de unidad de destino en lo universal. Algo que debe contener una forma muy avanzada y cualificada de gobernar que no está al alcance de la comprensión de mentes discretamente amuebladas como las nuestras.
Acaba de estrenarse esta nueva forma de hacer política con ocasión de  la votación al informe final de la Comisión de Investigación de los ERE'S, pero se supone que dado el éxito que está destinada a atesorar esa innovación, acabará por trasladarse a otros ámbitos del gobierno andaluz. 
Porque puestos a avanzar en el cinismo, nada mejor que formular nuevos postulados políticos que el pueblo jamás entenderá, ni tiene porqué entender. Que no es tarea de plebeyos lo que está reservado a patricios.  


Autor: José Antonio Flores Vera

10 julio 2012

EL INTRUSISMO EN LA FUNCIÓN PÚBLICA (IDEAL, 12/7/2013)

                                                   
La batalla informativa por conocer con rigor cómo y de qué está configurada la función pública en España está completamente perdida. Ha habido tanta contaminación informativa por parte de determinados sectores sociales y políticos influyentes de nuestra sociedad que a estas alturas el concepto genérico de funcionario –utilizado de manera indiscriminada- se ha convertido en abominable. Ese concepto ya desintegrado y casi peyorativo forma ya parte del imaginario colectivo y está provisto de una carga negativa que convierte el malentendido en conocimiento general, que es lo que ocurre cuando no hay interés o voluntad en abordar los asuntos con seriedad y rigor.
            Desde la irrupción de la democracia en España y a medida que tras la promulgación de la Constitución de 1978 se fueron constituyendo las diecisiete Comunidades Autónomas y las dos Ciudades Autónomas de Ceuta y  Melilla años después, la función pública ha ido incrementando su número de efectivos como resultado lógico de la diversificación administrativa. En distinta medida, la Ley de Bases del Régimen Local, aprobada en 1985, permitió a las entidades locales asumir más competencias, lo que supuso un incremento de su propia función pública y, asimismo, la creación de nuevas Universidades y el crecimiento de las ya existentes conllevó el reclutamiento de más empleados públicos. Ahora bien, por secuencia lógica, esa descentralización administrativa del Estado en favor de las Comunidades Autónomas conllevó un importante vaciamiento del sector público estatal, a pesar de que las Comunidades Autónomas no se conformaron con ese trasvase estatal y continuaron con una política de recursos humanos expansiva en los años siguientes, en parte, gracias a que la propia LOFAGE años más tarde introdujo la figura de las Entidades Públicas Empresariales como norma básica que podría trasladarse al resto de las Administraciones Públicas. Probablemente, es a partir de ese momento cuando se produce el punto de inflexión que posibilita la contratación de personal laboral al servicio de estas nuevas formas organizativas, que se rigen en su gestión, generalmente, por el derecho privado. Este personal contratado, por su naturaleza jurídica no puede ser considerado empleado público ya que no pertenece en puridad a la Administración Pública sino a sus Sociedades Instrumentales circundantes.
            El problema a día de hoy es que desde 1997 hasta nuestros días todas las Administraciones Públicas, en mayor o menor medida, han abusado, sin justificación la mayoría de las veces, de la creación de estas auténticas administraciones paralelas que han ido engordando su nómina de manera exorbitante e injustificada hasta el punto que ha sido el mecanismo más directo que han utilizado los partidos políticos en el poder para hacer uso de la figura del clientelismo político, que debió quedar desterrado tras la reforma de la función pública de 1984, a pesar de que ya contaban con la regulación de la figura del personal eventual, encuadrado dentro de la categoría de empleado público –incluso en el vigente EBEP-, y de la que han abusado hasta límites casi obscenos.
A día de hoy a todo ese ingente colectivo que presta sus servicios en las administraciones paralelas los distintos gobiernos les suelen poner el epíteto de funcionarios en igualdad jurídica a los que sí lo son en realidad, lo que supone una escandalosa tergiversación al tiempo que provoca un rechazo unánime de los tribunales. De hecho, es así como la propia Junta de Andalucía llama a ese personal externo que ocupa esa extensa administración paralela, tan costosa para los andaluces.
            Por tanto, la reforma del sector público que pretende llevar a cabo el gobierno central no puede ser ajena a este fenómeno y tendrá que conllevar, necesariamente, medidas legislativas básicas que permitan la eliminación de gran parte esas administraciones paralelas en que se han convertido toda esa miríada de Sociedades Instrumentales ya innecesarias, y la consiguiente eliminación de los puestos de trabajos a cargo del capítulo I de los distintos presupuestos de las Administraciones Públicas que son, en realidad, ajenos a la función pública. De hecho, gran parte de esos puestos a cargo de las arcas públicas podrán ser absorbidos perfectamente por el sector privado, tan necesitado de estímulo profesional.
            Nadie discute que la función pública en España necesita una enorme reestructuración, pero ésta no podrá llevarse a cabo sin que se produzca la necesaria eliminación de ese intrusismo citado y la restitución progresiva a esa verdadera función pública que jamás debió ser adulterada y que, con sus defectos y sus carencias, es un símbolo desde los albores de la Revolución Francesa de cualquier Estado de Derecho que pretenda serlo.  

Por José Antonio Flores Vera

PINCHAD AQUÍ SI LO QUERÉIS LEER DIRECTAMENTE EN IDEAL


21 junio 2012

SIGUEN MONTADOS EN SU ARROGANCIA

Seguramente pensaréis -permitidme que os tutee, que llevamos ya tiempo comunicándonos-, que todos estos artistas de la poltrona ya han tomado nota y que están haciendo un ejercicio de reflexión y contrición en el gasto y sus prebendas, pero no, nada de eso. Si pensáis que es así es porque determinados medios de comunicación palmeros nos hacen creer que sí, que están bajando sus dietas, sus coches oficiales, sus indemnizaciones, sus cesantías, su buenas y gratuitas comida, pero no, nada de eso. Estos cabrones siguen montados en su arrogancia y parece darles igual todo ese asunto de la intervención económica por parte de la UE, recortes a la ciudadanía y demás monsergas por el estilo; es cierto, dicen una cosa en los telediarios, en cualquier lugar y momento en el que exista una cámara, pero todo es mentira porque hacen justo lo contrario. De hecho, si tuvieran la más mínima dignidad  e hicieran una seria reflexión de lo que han hecho con el país, la comunidad o el ayuntamiento, ya se hubieran ido con la cara roja de vergüenza, pero no, nada de eso, porque no la tienen. Para muestra un botón. Esta mañana algunos compañeros de oficina, totalmente indignados como estamos con los brutales recortes que nos hará la Junta de Andalucía a partir del 1 de julio, estos compañeros, decía, llegaron con la cara indignada y descompuesta porque habían tenido la ocasión de toparse en la puerta del Consejo Consultivo en Granada con todos los artistas del engaño que mandan en la Junta. Al parecer, llegó un número incalculable de elegantes Audis-8, uno tras otro, hasta el punto que la policía, en vista de que no cabían, comenzó a desplazar a repartidores de varios productos que estaban allí llevando cosas a comercios y bares, es decir, estaban currando, para variar. Llegaron al Consejo Consultivo para asistir a a una de esas estupideces que se inventan para salir en la tele, viajar y comer gratis y, de camino, recordarse unos a otros que son los amos, los putos amos. Posteriormente, me dijo uno de los compañeros, al que se le había puesto cara de minero asturiano, se iban a ir todos a comer al cercano Hotel Melía, sin el más mínimo resentimiento ni preocupación por las cuentas hispanas. Con dos cojones. Y, lo peor, es que no había allí ningún grupo ciudadano con porras, tomates, lanzagrandas asturianas ni nada por el estilo. Que les sale todo gratis a estos energúmenos.  
Al poco me llamaba otro compañero y amigo indignado también, y por la voz reconocí que se le había puesto un tono de minero asturiano también, y me dijo que mientras que están aplicando la poda a derechos adquiridos por los empleados públicos, entre ellos, una mínima cantidad que se daba a quien se jubilaba, ellos no han tenido ni la más mínima dignidad de quitarse un estipendio que se otorgan cuando cesan de delegados, directores generales, secretarios generales, viceconsejeros, consejeros y otros muchos cargos que nos están arruinando a los ciudadanos. Se embolsan por el arte del birlibirloque una suma mínima de 5000 € y, claro, como eso no lo sabe casi nadie pues ni han tenido ni la más mínima tentación de suprimirlo. 
Hay que dejarse ya de tonterías y de cancioncillas en las manis. Hay que pasar ya a la acción, que es lo que entiende esta gentuza, acabó diciendo mi compañero antes de colgar el teléfono. Y razón no le falta. De hecho es lo que yo decía el otro día.  

19 junio 2012

UNA BREVE REFLEXIÓN SOBRE LA IMPLANTACIÓN DE LAS AGENCIAS EN LA JUNTA DE ANDALUCÍA

El esquema de la agencialización llevado a cabo por la Junta de Andalucía a través de la Ley 1/2011, de 17 de   febrero de Reordenación del Sector Público de Andalucía, es una clara traición al esquema constitucional de la función pública andaluza y española. Es legítima la implantación de la agencialización en España, desde que operó la reforma administrativa de la LOFAGE y la promulgación posterior de la ley estatal 28/2006, de 18 de julio de agencias estatales para la mejora de los servicios públicos, así como la promulgación de la Ley 9/2007, de 22 de octubre de Administración de la Junta de Andalucía -LAJA- pero no lo es el esquema que ha llevado a cabo de la Junta de Andalucía, que con una clara deslealtad hacia el Sector Público de Andalucía se apoya en esta legislación para llevar a cabo toda una catarsis clientelista del sector público que recuerda a la que intentó evitar sin mucho éxito el Decreto 315/ 1964, de 7 de febrero, por el que se aprueba el texto articulado de la Ley de Funcionarios Civiles del Estado, aún vigente en mínimos aspectos, donde el clientelismo y el favoritismo para el acceso a la función pública era común en determinados sectores de la Administración Pública franquista, a pesar de que su articulado incluía ideas renovadas propias de una función pública profesional, algo que a duras penas logró imponerse en la reforma de la función pública de  1984, época en la que el partido socialista teóricamente consolidó un sistema de función pública profesional mezclándolo con una alta politización de puestos de libre designación, nombramientos discrecionales de la mayoría de los órganos directivos (nombramientos políticos)  y de adscripción eventual. En otras palabras, se produjo una fuerte politización de la Administración que se vio abordada por una presencia cada vez más descarada del partido en el gobierno del nación, esquema que también trasladó a las Comunidades Autónomas de su mismo signo político.  
Sin embargo, lo visto ahora en la Junta de Andalucía, incluso, escapa -y supera, por tanto- a ese intento politizador, ya que la teoría de las agencias, que no es nueva ni tan siquiera tiene la patente española busca una descentralización y un sistema gerencial movido por un  dinamismo más moderno de la gestión pública y los recursos humanos, pero dotado de fuertes controles por parte de los poderes públicos, tanto a nivel de potestades administrativas públicas como en cuanto al control presupuestario. Pero nada de eso ha existido en Andalucía, por lo que no es más que un intento  torticero y descarado de aupar un agencialismo "ad hoc" apoyándose  en un basamento teórico de la nueva gestión pública formulado en las Administraciones Públicas de corte anglosajón en los años 80, que culminó en la implantación del programa Next Stepts en el Reino Unido, que es el intento más logrado de la implantación de las agencias en Europa. Sin embargo, este intento baldío del gobierno andaluz - probablemente cometido en fraude de ley- ha derivado sin sonrojo hacía un clientelismo aderezado con muchas dosis de nepotismo preocupante, ya que se aparta de los principios jurídicos elementales en cuanto al sistema de acceso del personal en las agencias que, a pesar de conllevar un ánimo descentralizador para modernizar y mejorar la eficiencia y la eficacia en la Administración Pública, jamás -ni tan siquiera en la función pública británica, que está dotada de un sistema abierto- se ha apartado de cumplir con los requisitos de mérito, capacidad, igualdad y publicidad así como tampoco descuidó el espinoso asunto de las potestades públicas y administrativas que siempre estuvieron en manos de funcionarios. 
Lo que pretende hacer la Junta de Andalucía, por tanto, no es otra cosa que una conjugación legal trapisonda, para lo cual se basa en un movimiento agencializador consolidado en los países occidentales, pero interpretándolo a su modo. Y su modo ya sabemos cuál es, después de treinta años de mal gobierno en Andalucía.   


Por José Antonio Flores Vera

12 junio 2012

LOS CARGOS Y LA FALSEDAD

De todos los vicios de los que adolece la condición humana, la falsedad es uno de los más miserables. Y cuando se trata de la falsedad en el mérito, la abominación es nauseabunda. Viene a cuento esta introducción por las testimonios directos que te van llegando sobre personajes o personajillos de esta mísera Administración en que se ha convertido la Junta de Andalucía, en la que existe gente honrada y trabajadora a grandes dosis, pero también a grandes dosis, gente farsa y pretenciosa. Me explico. 
Todos hemos asistidos a leer curruculum de consejeros, directores generales, delegados provinciales y otros cargos elegidos a dedo -es decir, cargos políticos o seudoadministrtivos- provistos de una pompa y unos méritos muy dudosos, confundiendo la ocupación de cargos políticos dados a dedo y por motivos partidistas con méritos que quieren hacernos creer entroncan con laureles académicos de todo tipo. 
Hubo una Consejera de la Junta de Andalucía que la retrataban en un curriculum como gran jurista porque había sido no sé que del Consejo General del Poder Judicial y Letrada de una Diputación Provincial, pero nada de eso era cierto. Simplemente que había acabado la carrera de Derecho, como tantos otros y otras y el partido se había encargado de colocarla en órganos en los que los partidos le corresponde nombrar a un representante. Lo de Letrada de una Diputación no era más que una farsa aún más ridícula ya que pude obtener información sobre esa supuesta oposición libre y jamás existió. Lo que suele existir en estos casos no es otra cosa que un contrato a dedo y un posterior concurso-oposición a la medida y ya está conseguida la plaza de por vida. Es muy común en esta triste tierra ese tipo de cosas. Es decir, que se entienden como méritos cosas que no son más que intereses y prebendas de partidos políticos. Esa persona ahora ocupa un puesto de envidia que no diré porque de decirlo ya no es necesario ni dar el nombre. En fin. 
Lo realmente meritorio es la oposición libre que gana una persona, aunque sea de celador de necropsias, cuerpo que consta de unos cuantos temas que hay que estudiar a fondo y competir con un buen puñado de otros aspirantes, no los méritos que esa caterva de vagos y facendosos se dan o les dan. En sentido, siento verdadera tristeza por la cantidad de gente joven o no tan joven que con esfuerzo personal económico suyo y de su familia y estando realmente preparados ven cómo van denegando sus exámenes una vez y otra porque hay políticos imbéciles y corruptos de nuestra región que prefieren meter por la cara a sus amigos, familias o colegas del partido. Dan ganas de hacerse minero de Asturias o al menos actuar como ellos en las manifestaciones. De veras. 
Otro caso similar ha llegado a mi oído porque uno está en contacto -por su pasado, por su presente, por su futuro- con muchas personas en esta ciudad; pues bien, decía que me ha llegado al oído el caso de un concejal electo de un pueblo del cinturón de Granada que fue nombrado Jefe de Servicio de una Delegación Provincial. Ese individuo es agasajado en su pequeño pueblo como gran funcionario por aquello del país de los ciegos y el tuerto amo y tal; pero la realidad es la siguiente: ha sido nombrado Jefe de Servicio porque es un puesto de libre designación, pudiendo ser elegido por ser empleado público superior de otra Administración Pública, que es una opción que permite la libre designación en la Junta de Andalucía; y es empleado público superior de otra Administración Pública porque en esa Administración Pública el partido te introduce como personal eventual o contratado y luego te hace, igualmente, un concurso-oposición a la medida. Por tanto, una nueva farsa de esas que te indignan. Pero no son los únicos casos. Hay tantos en esta Andalucía, que sangra por todos los poros, que dan ganas de echar la pota. Como el caso del ni-ni que ocupa un importante cargo en la Junta de Andalucía, por el mero hecho de que su papi ha sido y es un dirigente destacado del partido. Existen trescientos mil jóvenes más preparados que este pollo pero ninguno cuenta con esos soportes políticos. O sea, que ya existen como en las mejores dictaduras o monarquías autoritarias, o no, puestos hereditarios. Sin duda, la democracia ha sido un buen negocio para gente vivaz y sin alma al mismo tiempo que mal negocio para gente honrada.  
Por suerte, uno convive y comparte trabajo con miles de compañeros que un buen día se encerraron en la soledad de su habitación y rodeados de fantasmas, inquietudes e incomprensiones de familia y amigos, dedicaron horas y horas a aprobar unas oposiciones y buscarse un porvenir a pesar de que sabían que una vez conseguido el puesto de trabajo no se iban a enriquecer. Lo que nunca barruntaban es que por la puta envidia de este mísero país y por pertenecer a un Estado repleto de vagos, sinvergüenzas, ladrones y aves de rapiña, ahora iban a sufrir un bestial recorte en sus remuneraciones porque hay que cubrir el agujero que han dejado políticos, banqueros, monarcas, alcaldes y urdangarines. Y luego nos quejamos que nuestra prima de riesgo esté ya rozando las nubes.       

11 junio 2012

ANTE LA REPRESIÓN, MÚSCULO


Está claro que el dominio del espacio y del mundo sigue centrado en el músculo. Veamos. 
Estamos en tiempos turbulentos y revueltos y se presume que tendremos por delante muchas manifestaciones, mucho cabreo ciudadano y de colectivos, mucho mobiliario urbano roto y, por lo tanto, enfrente, mucho policía antidisturbios y por tanto hará falta mucho músculo tanto en una parte como en la otra del conflicto. De hecho, los antidistubios que son esos tíos de las distintas policías -Nacional y las dos autonómicas: Mossos d'Escuadra y Ertzaintza-, que te vuelan la cabeza de una hostia por dos motivos: a) porque están preparados física y psicológicamente para tal función; b) porque van provistos de buen equipo y porras como para que te pienses ir otra vez a una manifestación. Pero aun así, se han cagado ante los músculos de los mineros asturianos del sector del carbón que, cabreaos como están por los recortes del gobierno en su sector, le han plantado cara a toda una élite antidistubuios de la Policía Nacional y éstos acaban de denunciarles alegando que estos tipos -los mineros- tienen bíceps como para arrancarte la chola de una buena hostia. Algo muy distinto a lo que ocurre con el 15-M -han venido a decir los polis- que sí, que mucho estudio y mucha lectura y mucha teoría postmarxista pero que son unos escuchimizaos, unos cagaos que no tienen ni media ostia (bueno eso lo añado yo como producto de mi imaginación), unos "nenes con gafas" (eso añaden ellos, la policía) que te los llevas para adelante en un suspiro y muchas niñas pijas o feministas que se asuntan nada más verte con esos cascos y esas porras. Pero los mineros son otra cosa. De hecho, en la denuncia que han presentado en el Juzgado de Guardia de Oviedo uno de los agentes decía expresamente lo siguiente:  “Parecía que me había atropellado un camión cargado de vigas de hormigón, con remolque y todo”,
Eso me recuerda muy mucho lo que nos dijo un poli nacional en Sevilla, cuando los empleados públicos de la Junta hicimos la primera multitudinaria manifestación ante las puertas del Parlamento de Andalucía en la que comenzamos a cantar lemas y cancioncillas y como colofón el himno de Andalucía, que no sé yo qué mierda pintaba en aquella función: "Yo esperaba más coraje" -nos dijo el poli en un sevillano muy marcado- "y es que sois demasiado educados", acabó diciéndonos. Y, sí, razón no le faltaba a ese poli bueno porque tal y como están las cosas  y como se van a poner en los próximos meses, habrá que ir dejando ya las consignas más o menos basadas en el buen rollito zetapé e imprimir un poco de más acción -no digo, en absoluto, violencia- porque parece ser que el músculo sigue siendo la referencia y es lo que, al parecer, asusta tanto a polis como a políticos. Así que habrá que volver a sacar las pesas del desván porque la malaleche no hay que entrenarla: ya la tenemos.       

30 mayo 2012

LA ADMINISTRACIÓN PARALELA DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA: UNA REFLEXIÓN


El gobierno central, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera ha exigido a Andalucía una revisión de su objetivo presupuestario para 2012 en 2.696.800.000 € millones de euros. Es decir, que en lo que queda de 2012, no se podrá disponer de esa cifra, que está ya presupuestada. Por su parte, el coste presupuestario de la llamada Administración paralela de la Junta de Andalucía, compuesta por un complejo engranaje de empresas públicas, fundaciones y sociedades mercantiles, se calcula en torno a los 3.000.000.000 €. A priori son cifras muy coincidentes y con una lectura fácil se podría concluir que la eliminación de esa Administración paralela sería la solución para cumplir el plan de ajuste presentado por la Junta de Andalucía en la Comisión de Política Fiscal y Financiera. Sin embargo, en mi opinión, existen fuerzas centrípetas que aconsejan al gobierno andaluz no eliminar esa, vulgarmente denominada, Administración paralela, que es innecesaria en su gran mayoría, ya que está suplantando las funciones -y en muchas ocasiones, incluso las potestades, tal y como han dictaminado varias resoluciones de diversos órganos judiciales andaluces- que deberían de llevar a cabo los Empleados Públicos (en el caso de las potestades, los Funcionarios de carrera) de la Administración General de la Junta de Andalucía. Por tanto, llegados a este punto, lo que procede es preguntarnos el porqué de ese encono y perseverancia por parte del gobierno andaluz en mantener esta Administración paralela, a pesar de que les está causando numerosos problemas de tipo económico, político y judicial.
Las causas nos las conocemos certeramente, aunque sí los efectos. No obstante, a día de hoy, sí es posible deducir y suponer cuáles puedan ser las causas de tanto encono y perseverancia. En mi línea de pensamiento, opino que existen causas complejas y viciadas. Sabemos que esa Administración paralela está conformada, en su mayoría, -a pesar de que jamás la administración andaluza ha dado datos oficiales- por personas ajenas a la función pública, es decir, personas que han accedido a sus puestos sin pasar por ningún proceso selectivo y, por lo tanto, a pesar de la insistencia por parte del gobierno andaluz en denominarles empleados públicos y abonar sus remuneraciones desde el capítulo I del presupuesto, dedicado a gastos de personal, distintos órganos judiciales han anulado o suspendido sus respectivos protocolos de integración como empleados públicos en las distintas Agencias. Luego, hay que deducir con bastante dosis de certeza que el mismo material humano que constituye todo este conglomerado de empresas públicas, fundaciones y sociedades mercantiles, supuestamente, ejerce una fuerte presión al gobierno andaluz para no ver perjudicados sus puestos de trabajo en una hipotética eliminación de esa Administración paralela, que conllevaría la pérdida de empleo. En otras palabras, todo ese personal que, según fuentes fiables está compuesto en gran número por personas integrantes o cercanas al PSOE (antiguos alcaldes, antiguos concejales, antiguos altos cargos de distinta procedencia, militantes destacados y de base, familiares de afiliados, y un largo etcétera) -si bien, no todo el personal está en esa situación de cercanía o privilegio, pero sí la mayoría de la función directiva-, ejerce una especie de chantaje emocional contra el gobierno andaluz, probablemente -y es sólo una hipótesis-, basándose en la divulgación de supuestos asuntos inconfesables durante la época en la que tuvieron responsabilidades políticas e institucionales. Lógicamente, desvelar esa información, supuestamente oculta, podría producir problemas incalculables al gobierno andaluz, que ha danzado por estas tierras más de treinta años sin alternancia en el poder. Se trata tan sólo de una línea de pensamiento y, ya digo, una suposición, pero a la vista de ese encono y esa perseverancia por salvar a esta Administración paralela por parte del gobierno andaluz, es sostenible llegar a esa conclusión, ya que es difícil imaginarse otra. De hecho, muchos son los episodios de denuncia interna de supuestas actividades ilícitas en el mismo partido socialista que posteriormente han acabado en los tribunales o han tenido una sonada repercusión mediática (véase el caso de los ERE`S y la actuación del ExDirector General de Empleo, ahora en prisión). Seguramente si el gobierno andaluz estuviera libre de presión ya hubiera intentado al menos acabar con el problema, eliminando parte de ese conglomerado como han hecho otras Comunidades Autónomas o está en proceso de llevar a cabo en septiembre el propio Gobierno Central, porque no considero que sea suficientemente sólida la idea de mantener esa Administración paralela por el sólo hecho de que es gente cercana al partido. Sería un precio demasiado alto.
Otra línea de fuerte presión, en mi opinión, viene motivada, supuestamente, por los dos sindicatos más representativos, de acuerdo con los postulados de la Ley Orgánica de Libertad Sindical: CC.OO y UGT, si bien no lo son en el conjunto del sector público andaluz, de acuerdo con los últimos resultados de las elecciones sindicales sectoriales. Que existan, como se afirma, en esa Administración paralela afiliados y cuadros de estos sindicatos imposibilita funcionalmente también al gobierno andaluz a desprenderse de todo ese conglomerado. El precio, lógicamente, en el caso de eliminar esa Administración paralela sería el fin de la paz social, ya que no se puede obviar que estos dos sindicatos cuentan con una descomunal fuerza movilizadora y económica, dada su privilegiada situación jurídico-sindical. De ahí que el gobierno andaluz no se atreva a mover ficha. Pendiente quedaría conocer cuál sería el papel reciente de Izquierda Unida en este tablero tan complejo. Es pronto aún para saberlo, si bien quien esto firma, como exconcejal de Izquierda Unida, tengo confianza en las bases, pero no tanto en su clase dirigente, realmente, muy alejada del espíritu primigenio de Izquierda Unida, que representó Julio Anguita y otros dirigentes ya inexistentes o amortizados, totalmente contrarios a los intereses y forma de hacer política del partido socialista. Ese espíritu se demuestra más patente en Extremadura y Asturias. Ante esta situación tan compleja, la única posibilidad de acabar con ese círculo vicioso es la pérdida del poder del PSOE en Andalucía, pero se da la circunstancia que ese sistema clientelar cuenta mucho a la hora de obtener un voto profundo, principalmente, en determinadas zonas de Andalucía. Quizá sea esta la cuestión que no ha sabido entender el Partido Popular de Andalucía ni tampoco el Empleado Público de la Junta de Andalucía, cada cual con sus distintas motivaciones, objetivos e intereses. 


Por José Antonio Flores Vera

15 mayo 2012

EN LA JUNTA SIGUEN SIN ENTEDER EL QUIJOTE

SANCHO COMO GOBERNADOR DE LA ÍNSULA BARATARIA

¿Qué tipo de pacto de sangre debieron de contraer los mentores de la Junta de Andalucía con sus acólitos de sector público instrumental y los sindicatos plenipotenciarios para que prefieran el desmoronamiento de la Administración oficial a la oficiosa? 
Gran pregunta amigo Sancho, podría ser la respuesta de nuestro D. Quijote a esa perspicaz pregunta, si ese Sancho menesteroso y dado al buen yantar hubiera tenido las suficientes entendederas para hacerla. E incluso, hasta el mismo Quijote, tan dado a las batallas épicas y las acciones honorables, podría haber obtenido otras motivaciones si su noble inclinación no hubiera creído palabra de aquel pendenciero Ginesillo de Pasamonte, tan dado a engañar como a salvar el culo, sin honor ni gloria. 
Buenos argumentos para entender qué ocurre en la Junta de Andalucía, engendro de poder compartido por un voluptuoso dúo de intereses que ha ido medrando por estas tierras como ya lo hizo aquel Ginesillo. En un acto de pensamiento noble y arriesgado, prometió D. Alonso Quijano a aquel Sancho, menesteroso y dado al buen yantar, la Ínsula Barataria y él no demasiado dado a la reflexión, pero sí a todo tipo de oportunidad arrabalera, lo creyó todo a pesar de que es posible que en su fuero interno se barruntara una mínima conciencia de incoherencia y farsa de lo prometido. Pero no importó porque las oportunidades las pintan calvas cuando la mediocridad cabalga sin saber ni cómo ni dónde. El primero hablaba de ideas, de nobles hechos imposibles, de ética y de moral, pero el segundo tan sólo miraba en su alforja si aún quedaba algún mendrugo de pan o un poco de queso rancio. 
Y me ha venido a la cabeza la sabia obra de Cervantes -que anduvo mucho por Andalucía y conoció bien esta tierra-, después de que hoy nos almorzáramos con esas cobardes medidas contra la función pública oficial de nuestros prohombres y promujeres de la Junta. Unas medidas cobardes porque meten la cuchara en el plato frío de la venganza, aniquilando así la capacidad legítima de respuesta de todas esa función pública legal que hizo templar los cimientos de la Junta y llegó hasta las puertas de San Telmo a avergonzar a quien estaba a punto de irse del poder y no lo hizo porque Andalucía, como el país que anduvo el Quijote, es así. 
Si diezmamos a esta caterva de parásitos públicos, se dijeron en los altos pasillos de los palacios de la Junta, los dejamos heridos del ala y de camino potenciamos a los nuestros ¡Ay, los nuestros! Aquellos que fueron de la mano durante treinta años para montar el mayor expolio de una región y que ahora se juran fidelidad eterna, una especie de amor imposible "austeniano", que acaba con la vida de cualquier persona de orden; es la democracia, idiota, es la democracia, diría alguien avezado en pactos e intrigas. 
Y ante tales medidas he visto los ojos lagrimosos de rabia o de incomprensión. Ojos desubicados de sus órbitas que giraban a izquierda y derecha buscando una explicación o algunas palabras sensatas, pero no las encontraban, porque pocas respuestas pueden encontrarse ante la estulticia, como pocas explicaciones pudo dar el bueno de Don Quijote a su escudero Sancho cuando éste comprendió por fin que la Ínsula Barataria fue una ilusión y que jamas existió a no ser  que lo hiciera en la mente idealista de un tipo noble que tuvo el valor de encararse con los molinos sin importar que no fueran gigantes.  
Pero no se trata de dinero, no; se trata de dignidad. El dinero se suple con ésta, pero si a ésta la secuestran no queda nada. Pero eso no pareció importar a Ginesillo de Pasamonte, como parece no importar a la coalición de partidos que ahora gobierna Andalucía. Ya vemos que pocas cosas han cambiado por estos lares.   

22 marzo 2012

ANDALUCES, TENEMOS UN PROBLEMA


En Andalucía nos toca votar el domingo para constituir un nuevo Parlamento andaluz, del que se deducirá un nuevo gobierno autonómico. El factor principal que se baraja en estas elecciones es romper la hegemonía del PSOE en el poder desde siempre, siguiendo la impronta que ya se ha producido en Extramadura y Castilla la Mancha. Jamás ha habido otra opción política en el sur de España. Y desde hace ya tiempo asoma por todas partes ese olor nauseabundo a huevo podrido -que probablemente sea el peor olor del mundo-. Que se sepa y esté siendo investigado o esté siendo revisado por los tribunales: Fraude de ERE's, fraude en los fondos de empleo, fraude en subvenciones de empresas fantasmas o que no aplicaron la subvención, nepotismo en la Administración Pública, creación de una Administración paralela repleta de enchufados del partido y sindicatos afines y pretensión de convertirlos en empleados públicos por la cara, sin cumplir los requísitos constitucionales de igualdad, mérito y capacidad (protocolos de integración), incesante anulación por parte del Tribunal Supremo de decenas de puestos de libre designación (PLD), fondo de reptiles para compra de cocaína y copas en lupanares y otros asuntos que aquí sería muy difícil enumerar. Además existen los inquietantes -y aún no aclarados- casos de los hijos de Chaves, un ser mediocre obsesionado con el dinero y gran cacique con poderes omnímodos en esta ajada tierra. En ambos casos, los hijos presuntamente se han beneficiado de subvenciones y negocios relacionados directamente con la Junta de Andalucía, siendo su padre el Presidente de gobierno de la misma. Y está el caso incunable de Zarrías, implicado en todo pero alejado de todo -es esa su habilidad, similar a la mostrada para votar con los pies en el Senado-. 
Todo eso se podría considerar como "lo confesable", por llamarle de alguna manera. Pero hay mucho más asuntos que están en el subsuelo de los palacios del poder que se presume que existen pero que no se conoce (no sé porqué motivo me viene ahora el asunto del pírrico patrimonio declarado por Manuel Chaves). De hecho, ya hay diversos periodistas -e incluso la oposición política- tirando de hilos para ver si se trata del de Ariadna, que tan lejos llegaba y que posibilitó al joven Teseo salir de la laberintica cueva del Minotauro. 
Ese hilo en un sentido metafórico lo ha usado desde siempre la Junta de Andalucía y gracias a él muchos favorecidos por el régimen se han visto favorecidos por él y sin soltarlo ni un sólo segundo han salido indemnes de la cueva del Minotauro. Pero ahora el hilo se puede romper por primera vez y esa suerte de Teseo podría verse a solas y a oscuras en una cueva laberíntica a expensas del Minotauro, que bien podría ser simbolizado en esta metáfora por el poder judicial y jueces, como es el caso de Alaya que ya está enviando a gente a la cárcel. 
Ese es el panorama que los andaluces tenemos la ocasión de borrar del mapa este próximo domingo. Acabar con un régimen de perfiles mafiosos que ha provocado que esta región sea la más castigada por el paro de toda España en términos porcentuales y la que cuente con menor desarrollo y creación de riqueza, a pesar de tratarse, tal vez, del territorio más rico en recursos naturales de España y una de las regiones europeas que más fondos FEDER y de otro tipo ha recibido. 
 ****

Por tanto, la opción que se baraja es la llegada al gobierno del Partido Popular que con su peculiar color azul está cubriendo todo el territorio nacional. Pero el problema del PP es que se trata del PP, ¿y qué quiero decir con eso? Quiero decir que se trata del partido del caso Gürtel, del partido de Camps, del partido de Matas, del partido de Aznar, del partido del yerno de Aznar, del partido de la Mª Dolores Cóspedal, tan preocupada por su pecunio familiar, del partido de Ana Mato, a la que misteriosamente le prescribió el delito tras toparse por casualidad con un coche de alta gama en el garage de su casa, del partido cercano en algunos sectores al antiguo régimen, del partido de los pelotazos a través de amigos como Correa, del partido que ha dejado las arcas vacías en Valencia, Murcia y Baleares, gastando sin control  -es inconcebible que Valencia siga empleando dinero público para la Fórmula 1, que no olvidemos deja magros beneficios al emprendedor Agag-. Se trata de votar a este partido que también es líder en cuanto a casos de corrupción en España. 
Hay otras opciones pequeñas, siendo la más representativa la de Izquierda Unida. IU tiene luces y sombras, pero tal vez la sombra más alargada sea el seguidismo que demuestran en Andalucía hacia el PSOE. Desde que se fue -o echaron- Julio Anguita -feroz oponente del PSOE- no han sabido desligarse del partido socialista y esa es una idea que existe en el electorado andaluz que entiende que votar a IU sería hacerlo indirectamente al PSOE porque el pacto ya está más que anunciado.      
Por tanto, Andaluces, tenemos un grave problema el próximo domingo. No hay más remedio que seguir reflexionando.      

20 febrero 2012

"SÍMBOLO DE LA CORRUPCIÓN Y LA DESHONRA"


Me refiero a San Telmo. O más bien nos referimos, porque en puridad esa frase que da título a esta entrada no es mía, sino del comprometido manifiesto que fue leído al final de la manifestación que volvieron a protagonizar los funcionarios y laborales de la Administración General de la Junta de Andalucía el pasado sábado, 18 de febrero. 
Y fue en ese manifiesto en el que se tiró de las orejas a quien ("aquí sigue faltando mucha gente") debía de estar allí y no estuvo. Una ausencia de más de veinte mil almas, que se dice pronto. Las mismas que sí estuvieron en aquella macromanifestación del 13 de noviembre de 2010 y que ridiculizó a Canal Sur, nuestro ente público (eso me ha costado escribirlo), porque esta excelsa cadena de televisión y radio que pagamos -y bien- los andaluces se dedicó en aquella ocasión a desinformar menguando -como ya denuncié aquí en su día y en una carta aparecida en el diario El Mundo- la asistencia a la manifestación y dando la noticia en un modesto cuarto lugar tras informar sobre lejanos sucesos que en esos días ocurrían en una país de la Asia profunda. 



Pero para no perdernos en detalles escabrosos, sigamos glosando el correctivo que si infringió en esa buena arenga a todos esos compañeros -y compañeras- que faltaron en la primaveral mediodía del sábado y, de camino, preguntémonos sobre el porqué de su ausencia. Veamos. 
Los menos de diez mil que sí estuvieron han comprendido un mensaje que probablemente no lo hayan hecho los veinte mil que allí no estaban. Un mensaje que desde noviembre de 2010 hasta nuestros días -más de un año, evidentemente- no ha hecho más que manifestarse, agrandarse y hasta emponzoñarse. Probablemente sea un mensaje que haya tenido variantes a lo largo de ese año y pico pero que deja su esencia al descubierto: mucho nos tememos que estamos gobernados por un gobierno autónomo presuntamente delincuente (añado lo de presunto, que es la vía más garantista de no verme enchironado, que sé que esto se lee en toda Andalucía y nos tienen ganas). Presuntamente delincuente no solamente en nuestro sector de la función pública, donde las definiciones de autoridad, independencia, legitimidad, fiscalización de fondos públicos y todos esos conceptos jurídicos que estimábamos consagrados, han sido tratados como se trata a la materia orgánica al tirar de la cadena, algo que en palabras más técnicas y precisas ha dicho ya la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía: desprecio absoluto al Estado de Derecho. Pero no queda ahí la cosa. 



Todos sabemos que hay una jueza de nombre Alaya que cuando sale en televisión o en prensa va siempre arrastrando un troiler. Es la jueza de los ERES y la de los fondos para el empleo, la jueza que está tirando del hilo de esos fondos de réptiles que al parecer han servido para hacer de esta parte de España una recreación muy precisa y amplificada de la costa sur italiana. Un lugar común de corrupción y podredumbre que mucho me temo será más amplio de lo que sospechamos. Y también por ese motivo los menos de diez espartanos de la función pública se encontraban el día dieciocho en Sevilla. Los menos de diez mil espartanos que comprendieron el mensaje que los otros veinte mil no han parecido comprender ocupados en su cotidianidad y sin ánimo de romper en mil pedazos un magnífico sábado de compras, de comida, de familia o de deporte. Aunque, como espartanos que son, a esos menos de diez mil eso no les importa demasiado, como no importó a Leónidas I y sus trecientos guerreros de Esparta, allá en la Grecia antigua, defender con sus vidas en el angosto desfiladero de las Termópilas la patria de todos sus compatriotas en aquella cruel Segunda Guerra Medica ante el sátrapa Jerjes I. Aquella gesta sirvió para que la naciente Europa no se postrara ante un tirano igual que servirá esa lucha de unos pocos para que Andalucía entierre a sus corruptos.    
Porque al final comprendes que el número de personas que luchan contra algo no es lo importante, sino la convicción continuada de unos pocos. De hecho, de poco sirve congregar a miles de personas en torno a una reivindicación si la mayoría no sabe -o no cree- lo que se reivindica, más bien al contrario: siempre se moverán más cimientos si unos pocos convencidos empujan en una misma dirección. Para ejemplo de ello no hay que irse mucho más lejos. Veamos lo que ocurrió al día siguiente. Todos sabemos que CCOO y UGT convocaron manifestaciones en contra de una aborrecible y nefasta reforma laboral y también todos sabemos que la gran capacidad movilizadora de ambos sindicatos llenaron las calles sin que, necesariamente, miles de manifestantes supieran a ciencia cierta qué hacían allí y ni tan siquiera hayan leído una línea de esa reforma. De hecho, ver en la cabeza de la pancarta a algunos líderes del PSOE ratifica muy claramente lo que vengo a exponer como ejemplo, los cuales se acodaban con ciudadanos honestos que sabían lo que reivindicaban y luchaban contra una reforma laboral tan salvaje como ésta, cuya explotación política y mediática están tratando de explotar unos cada vez más desacreditados líderes sindicales, animosos en sus proclamas y protestas sólo en función de quién gobierne.   
  

19 enero 2012

UN IMPORTANTE DILEMA EN LA FUNCIÓN PÚBLICA ANDALUZA



Os cuento.
Varios compañeros que trabajamos como empleados públicos en la Junta de Andalucía tenemos en estas fechas grandes dudas y un importante dilema que pronto hemos de resolver, toda vez que el 25 de marzo se celebrarán las elecciones al Parlamento de Andalucía -del que saldrá el gobierno para los próximos cuatro años- y hemos de inclinarnos por una opción política que no nos perjudique como ciudadanos ni tampoco como profesionales de la  Administración autonómica.
Todos esos compañeros ostentadores de tales dudas y ese importante dilema que corre por las oficinas públicas somos, mayoritariamente, funcionarios de carrera y algún personal laboral fijo con muchos trienios de experiencia a sus espaldas. Además, particularmente, estamos demostrando mucha sensibilidad y crítica feroz hacia ese desaguisado que ha montado el gobierno andaluz del PSOE en torno a esa pretendida reordenación del sector público, que no obedece a otro fin que intentar introducir en la Administración General de la Junta de Andalucía a un buen número de personas pertenecientes al partido en el poder y a su entorno, todo ello sin necesidad de pasar sistema selectivo alguno. Además, desde el principio están contando con la ayuda de los dos sindicatos más importantes del Estado, CCOO y UGT, algo que ha desalmado las entendederas de propios y extraños. Es decir que la Administración -y el partido que la sustenta- actúa de espaldas a la legalidad alejándose de los intereses generales para centrarse en los particulares. Todo lo contrario al cometido que le otorga a la Administración Pública el artículo 103 de la Constitución de 1978, si es que ésta tiene predicamento alguno en los tiempos que corren.     
Para llevar a cabo ese malvado y torticero fin, los prohombres -no utilizo el término promujeres porque jamás he escuchado tal término y la Pajín ya no se encuentra en los altos palacios públicos- de la Administración Autonómica, han montado todo un entramado seudojurídico consistente en empresas públicas, sociedades instrumentales y otras seudoformas que engarzándose en unas denominadas agencias se confundan con el follaje de los empleados públicos verdaderos, que son los que entraron en la Administración por la vías legales de acceso a la función pública. Se trata de una vía basada en hechos consumados muy frecuentada en países bananeros, qué al parecer por esos lares funciona muy bien. Y, claro, todo ese intento al ser seudojurídico está deteniéndose en los altos palacios del Poder Judicial, gracias a la iniciativa onerosa y demandante de los empleados públicos y de sindicatos contrarios a esa reordenación.
Por lo que ahora, casi llegada la fecha de decidir en las urnas, nos encontramos ante ese gran dilema. Principalmente lo tienen compañeros y compañeras que jamás han votado a la derecha en elección alguna. Lo han hecho a opciones de izquierdas e, incluso, muchos de ellos al mismo PSOE. Pero ahora perciben que se la están jugando. Como ciudadanos y como profesionales. 
Y saben que de seguir gobernando el PSOE podría darse el tiro de gracia a su carrera profesional e, incluso, a su profesión en sí, por no hablar ya de la paulatina eliminación de los servicios públicos. Por su parte, hay quienes están contemplando con inquietud la forma de hacer del PP en el Gobierno Central y desconfían de los severos recortes que está llevando a cabo Rajoy y su gobierno. Hay otras opciones políticas, pero no parecen convencer, bien porque son seguidistas del partido en el poder o bien porque, a pesar de sus buenas intenciones con los empleados públicos, no tendrán la suficiente fuerza para desbancar al actual partido en el poder y acabarán restando opciones al que parece comulgar con la desazón de los empleados públicos y que, según las encuestas, está destinado a gobernar en Andalucía. De hecho, ya lo está haciendo en casi todo el Estado. 
Por tanto, existe cierto clima de desasosiego, el dilema es mayúsculo y las dudas asfixiantes. 
Un poco lo que debió sentir el personaje que interpreta James Franco en la película 127 horas: o perder el brazo derecho o perder sencillamente la vida.      




03 noviembre 2011

DESMANTELAMIENTO DE LAS TRAMAS DE LA JUNTA


Lo que había sido sospecha, con el paso del tiempo se convierte en una realidad cada vez más evidente: la autonomía andaluza ha sido un buen negocio para el partido que la ha gobernado desde sus orígenes. Y dentro de ese negocio, la cosa pública ha simbolizado un largo sabotaje que está lejos de ser casual para convertirse en algo indescifrable y complejo que probablemente se allana en una trama orquestada que ha permitido el beneficio de unos pocos advenedizos personajillos aprovechando el esfuerzo y la dedicación de muchos.
Actualmente hay dos procesos judiciales en marcha contra la Junta de Andalucía pero probablemente surgirán muchos más: el asunto de la trama de los Expedientes de Regulación de Empleo -ERE's- y la Reordenación del Sector Público o lo que es lo mismo, la creación de una Administración Pública paralela al margen de los principios legales establecidos en nuestro sistema jurídico. Ambos se encuentran en sede judicial.
El primer de ellos va camino de convertirse en un macroproceso con profundas raíces dada la magnitud del ilícito cometido y el fraude a gran escala, algo que es deducible de la lectura de los autos emitidos por la jueza Alaya, a la que esperemos dejen trabajar con total independencia; el segundo obtuvo el pasado miércoles una contundente respuesta judicial por parte de la Sala de lo Contencioso -Sala de Sevilla- del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Una sentencia que responde a una demanda presentada por Empleados Públicos de la Junta de Andalucía (que han sufragado de su bolsillo) y varios sindicatos contrarios a la reordenación, acogiéndose a la vía especial de protección de los derechos fundamentales y que rotundamente acusa a la Junta de Andalucía de despreciar al Estado de Derecho y de vulnerar varios preceptos de la Constitución de 1978, entre ellos, el artículo 23.2 que reconoce el derecho de los ciudadanos a "acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con los requisitos que señalen las leyes", y el artículo 14, que de todos es sabido reconocer la igualdad de los españoles ante la ley.
Con esos únicos motivos -si bien, la Sentencia enuncia muchos más- cualquier persona honesta, sensata y democrática, que dice pertenecer a un partido democrático y ha jurado lealtad a la Constitución al asumir su cargo debería de dimitir "ipso facto", e irse a su casa avergonzado, pero claro, estamos pidiendo la luna.
La Sentencia también anula la condición de empleados públicos de 534 empleados de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, que es la primera derribada por los tribunales. El texto de la resolución judicial es claro porque ninguno de esos 534 empleados habían superado ninguna prueba de acceso para acceder a la condición de empleado público. Por tanto, la Junta de Andalucía se saltó los principios constitucionales de igualdad, mérito, capacidad y publicidad con total impunidad y -opino yo- supuesta prevaricación y supuesta alevosía. Entiendo, por tanto, que deberían depurarse responsabilidades penales y la fiscalía debería de actuar de oficio, pero no lo hará porque aún gobierna quien gobierna en el Estado español.
Lo que, al parecer, pretende la Junta de Andalucía para quien no esté familiarizado con este asunto es arrinconar a quien accedió a través de proceso selectivo legal -Funcionarios y Personal Laboral fijo- y aupar a miles de personas que, en su mayoría, pertenecen, son o han sido cargos públicos del Partido Socialista Obrero Español. Esto se puede afirmar porque existen muchos nombramientos en las Agencias de personas que tuvieron cargos de responsabilidad en las instituciones gobernadas por el PSOE. También se afirma que existen entre esas personas aupadas, cargos y afiliados de UGT y CC.OO. No conozco con exactitud ese dato, pero es bastante sospechoso que estos dos sindicatos hayan apoyado sin tapujos la pretendida reordenación del sector público y que sean las centrales con mayor afiliación entre los empleados de las distintas agencias.
Amigos y amigas, como sabéis este es un blog dinámico que no sólo habla de correr, y seguramente que este asunto, si no pertenecéis a los aledaños del colectivo de la función pública andaluza o no estáis familiarizados con este tema, podría ser de difícil digestión, pero creedme si os digo que lo que está ocurriendo en Andalucía es algo tremendo y que no afecta sólo a la función pública -de hecho el caso de los ERE's nada tiene que ver con la función pública-, se trata ni más ni menos que de tramas bien orquestadas y del progresivo desmantelamiento de esas tramas por la vía judicial de un régimen de supuestos perfiles corruptos que lleva instaurado en Andalucía más de 30 años.
Los dirigentes del gobierno autonómico de esta ajada tierra, tan dotada de virtudes, han provocado la pérdida de oportunidades, han dilapidado fondos europeos, han menospreciado el talento, el trabajo bien hecho, la dedicación concienzuda, la honradez, la cultura y un largo etcétera. A cambio han montado unas instituciones diseñadas para provecho propio y del partido y han sabido anestesiar a la sumisa y conformista gente de Andalucía con sus subvenciones, sus prebendas, su Canal Sur, sus folclores baratos, su marujeo televisivo...Pero advierto, eso sí, que incluso dentro de este entramado -como ocurre en todas las organizaciones-, ha habido gente capaz, honesta y talentosa que, con el paso del tiempo han debido de abandonar el barco; y es más, aún la hay, pero está amordazada, comprada con cuatro perras, o bien, esperando a que pase este desaguisado.
Deciros también -lo he dicho en muchas ocasiones- que el colectivo de la función pública, que tanto ha luchado y está luchando por el desmantelamiento de este régimen, está reivindicando no otra cosa que la independencia ante el poder político, con independencia de cual sea éste, que ese es el fin último de una función pública profesional.
¿No se trata todo esto, pues, de un régimen?
Sin duda. Como siempre digo a gente cercana, tendré que volver a ver de nuevo la trilogía de El Padrino, que al ritmo que vamos en este país se va a convertir en, apenas, una dura película de Walt Disney en clara rivalidad con Bambi, que tanto nos hizo llorar de pequeños.

17 mayo 2011

EL JUEGO DE LAS CASTAS POLÍTICAS




Con la manifestación del pasado 14 de mayo en Sevilla, los funcionarios y laborales de toda Andalucía, de alguna manera, estábamos adelantando el revulsivo generado por las masivas manifestaciones del movimiento 15M iniciado por la plataforma ¡Democracia real, ya! en todas las ciudades españolas. De hecho, son dos azotes bestiales dados a la casta política en un intervalo de algo más de veinticuatro horas que todo político avispado debería advertir.

De hecho, los empleados públicos auténticos ya llevan meses atizando las conciencias de esta silente y dormida Andalucía, pero muy pocos han advertido que las reivindicaciones ya no se pueden considerar solamente profesionales porque las pancartas anuncian cada vez más lemas de denuncia contra el despilfarro, el enchufismo corrupto, el nepotismo, el desvío de fondos públicos y otras perlas recién cultivadas.

De ahí la importancia de esa decena de miles de manifestantes el pasado 14 de mayo por una Sevilla que también desea cambiar de signo político el próximo día 22.

Importancia porque ya no era tan necesaria aquella ingente cantidad de asistentes de la manifestación anterior sino una concienciada representación de servidores públicos que cada vez desean con más ahínco hacer ver a la sociedad que el PSOE está desmantelando no ya la función pública -que es algo que podría pasar desapercibido para la ciudadanía- sino todo un sistema público general para iniciar un sistema basado en el clientelismo, los privilegios y el nepotismo. De esa forma se lo explicaba a una aspirante a periodista venida desde Madrid para interesarse por este movimiento sin precedentes en España.

Efectivamente. Tras conocer todo el tejemaneje de la Junta de Andalucía - y lo que aún está por conocer- hay que llegar a la conclusión que lo que se está tejiendo en Andalucía desde hace años no es otra cosa que un "bolcheviquismo" basado en la política de partido, que superada ya la etapa del omnímodo poder de sus dirigentes busca con precipitación el acomodo de miembros del partido, familia y afines, que es una forma de actuar muy común en las dictaduras políticas que ordenan y mandan en base a los dictados del partido.

Pero es posible que todo esto lo hayamos detenido a tiempo los servidores públicos, por lo que el movimiento 15M ratifica lo que ya está barruntando una gran parte de la ciudadanía: que la casta política lleva mucho tiempo trabajando para sus propios intereses.

Quienes vivimos en democracia solemos olvidar con relativa facilidad que las libertades no son inherentes al sistema constitucional sino que es necesario trabajar a diario para mantenerlas. Olvidamos con facilidad que esta democracia se basa en un sistema de representación indirecto y en una monarquía hereditaria y que los representantes públicos nunca están a la altura de las circunstancias. De hecho, los escasos acuerdos y mejoras que se legislan siempre son las que buscan una mayor consolidación de sus privilegios.

Y es que olvidamos fácilmente que en las reglas de juego de las élites políticas, desde Roma -o tal vez desde Grecia- jamás tiene cabida el pueblo, que no es más que un instrumento para adquirir intereses. Eso se ha maquillado con los años, pero no ha cambiado.

Luego, ¿no es eso lo que vienen denunciando los funcionarios y laborales de la Junta de Andalucía? ¿No es eso lo que está denunciando la plataforma ¡democracia real, ya!?

10 mayo 2011

ENARBOLANDO LA BANDERA DEL CAMBIO



Lo he dicho en otras ocasiones, pero hay que volver a repetirlo: que en Andalucía estén siendo sus cómodos y poco aguerridos funcionarios y personal laboral los que estén plantando batalla a treinta años de poder omnímodo de todo un régimen muestra muy a las claras qué clase de región cuelga de la piel de toro.
Que la Andalucía silente resida en la zona rural podría ser comprensible porque ha sido en esta zona en la que el gobierno andaluz ha trabajado duro para obtener una clientela fiel y pasmada, pero que el potencial de las grandes ciudades y sus fuerzas vivas y esas ocho universidades públicas estén aletargados y sumisos es mucho menos comprensible.
Por tanto, es notorio que esa estrofa del himno que exige un levantamiento de los andaluces sólo se lo saben los abnegados servidores públicos a los cuales ha infravalorado un gobierno acostumbrado a jugar al monipodio con esta vasta región hasta el punto de crear al servicio de sus oscuros intereses una función pública paralela, ilegal y paniaguada.
Otrora existió la esperanza y la capacidad de crítica y denuncia de los sindicatos mayoritarios, pero éstos han de saber que si se comienza a nadar y a guardar la ropa se acaba haciendo una cosa u otra y como todo tiene su precio tan sólo ha bastado por fijarlo y de esas cenizas surgen otras fuerzas sindicales que el pensamiento único cataloga con el término amarillo, pero no es cierto. Precisamente el sindicalismo amarillo siempre ha sido aquel más cercano al poder establecido y si algo se aleja del poder establecido son esos nuevos sindicatos, mucho más apegados a la realidad laboral reinante.
Pero no dejemos el hilo argumental que versa sobre los funcionarios y personal laboral de la Junta del Andalucía (el término empleados públicos voluntariamente lo omito una vez manchado y vilipendiado desde la aprobación de los estatutos de las agencias), que están demostrando una sensatez ética y moral desconocida hasta ahora en Andalucía.
En esta región todo se ha movido con dinero público, desde la actividad de las instituciones hasta la sindical mayoritaria, pasando por un enorme sector privado (el más proclive al gobierno, por supuesto), pero los funcionarios y laborales están financiando sus movilizaciones, sus pancartas, sus camisetas e, incluso, hasta los muchos pleitos que en el futuro anegarán las salas judiciales. Y es que no buscar financiación pública y paniaguada en esta región es algo desconocido e inédito.
Estos servidores públicos están reestructurando su escueta retribución mensual y se están rascando el bolsillo para asumir gastos porque es de esa forma como las reivindicaciones se convierten en verdaderas.
Se observa que el gobierno de los eres no ha previsto esta circunstancia ni ha calculado que más de cuarenta mil funcionarios de la Administración General están de acuerdo, tal vez, por primera vez en la historia de la función pública andaluza.
El próximo sábado habrá una tercera gran manifestación, en el momento más crítico de la campaña electoral y se volverá a dar una lección de reivindicación y civismo. Sonarán tambores de guerra cuyo ruido ya está llegando a los demás sectores públicos de Andalucía, algunos de los cuales ya comienzan a meditar ir tras la pancarta mientras que en San Telmo los cantos fúnebres cada vez son más clamorosos.
Obviamente los funcionarios y personal laboral han comprendido lo que esta región aún no ha comprendido, que no basta sólo con esperar que unas urnas clientelares puedan cambiar la estructura política de esta región porque cuando la democracia se maquilla de nepotismo y clientelismo, desmaquillar y quitar las máscaras exige siempre un esfuerzo titánico y continuado.
Es evidente que quienes se van a reunir mayoritamente de nuevo en Sevilla están luchando por una función pública digna y constitucional pero hasta que no existan otros brazos firmes y contundentes también están enarbolando la bandera del cambio en esta ultrajada región.
Y es por eso por lo que es muy importante estar en Sevilla el próximo sábado, aunque ya va siendo hora de que no estén sólos.

04 mayo 2011

LEY DEL SILENCIO ANDALUZA


Lo que está ocurriendo en Andalucía con los distintos asuntos que están conociéndose en el entorno de la Junta de Andalucía no es más que una rocambolesca versión de aquella excelente novela de Gabriel García Márquez, “Crónica de una muerte anunciada”.

En aquella obra de ficción, toda persona que rodeaba al futuro asesinado sabía de su destino, pero él mismo parecía no enterarse a pesar de las múltiples muestras y evidencias de que el hecho luctuoso ocurriría antes o después. Sin embargo, el protagonista se comportaba con tal despreocupación y ausencia de temor que su osadía y falta de prevención erizaba la piel de cualquier persona sensata.

En los alrededores de la Junta de Andalucía se están acumulando ahora todos esos mensajes que anuncian una muerte política e institucional inminente, pero sus mentores no parecen darse cuenta de algo siniestro que está en la cercanía de sus cabezas. La confianza en las altas torres de la fortaleza es amplia.

Lo que se torna siniestro y cercano no es otra cosa que el descubrimiento de muchos desaguisados llevados a cabo a lo largo de treinta años en los que ha imperado una especie de ley del silencio. Pero esa ley ya está cambiando.

Las causas por las que esa ley del silencio está haciendo aguas son muchas y complejas y no serán suficientes estas cuantas líneas para destriparlas. Es más, ya deberían de ir pidiendo cita los sociólogos y politólogos para ir auscultando con su ciencia social en el qué y en el cómo de lo que ha ocurrido y está ocurriendo por estos lares.

El sistema político democrático, al contrario que el sistema político dictatorial, es denso y de muy difícil estructuración. Éste se basa en un líder omnipotente y una negación de instituciones democráticas y, por tanto, de poderes. Sin embargo aquél es de más difícil calificación porque tanto las instituciones democráticas, los poderes y el derecho son elementos que siempre son menores de edad y pueden ser utilizadas de muy diversas formas. Una utilización correcta provocará unos estímulos positivos y una sociedad libre, pero una mala utilización se acerca mucho más a una dictadura que a la propia democracia, pero con el agravante de venir ésta enmascarada y eso sí que es preocupante.

Poner en marcha un mal gobierno y un alejamiento de los intereses generales utilizando el poder y el derecho es algo nefasto para las sociedades y para la convivencia porque esas prácticas desarrollan nepotismo, corrupción, intereses de partido e intereses particulares, siendo todo esto de difícil captación porque se opera con una ingeniería jurídica y económica muy sofisticada.

El ciudadano vota y se cree los mensajes del partido en el gobierno y el que nada cree es comprado con subvenciones, regalías, concesiones, plazas públicas u otras prebendas de perversidad inimaginable. Se va tejiendo la tela de araña y al cabo de seis lustros ya está la obra acabada. Sin embargo, una sombra crece en el horizonte que observa, anota y denuncia.

Pero como todas las telas de araña, un buen día se resquebrajan y comienzan a deshilacharse y, finalmente, romperse. Y por esa rotura se vacía todo lo conseguido con el paso de los años.

Lo que tuvieron de común los grandes imperios es que ellos mismos se autoinmolaron y lo que tienen de común las grandes castas basadas en los partidos es que finalmente el encubrimiento se debilita y los pactos de silencio se resquebrajan.

Chaves saltó a Madrid, mucho más allá de los límites de su vasto dominio, pero debió de haber leído y no lo hizo el cómo y el porqué de la caída de aquel vasto imperio Omeya que se fue desdibujando para convertirse en decenas de reinos de taifas.

Este personaje andaluz en la Andalucía silente estaba protegido porque controlaba los medios, las instituciones, el poder y el dinero, pero en el Madrid del gran poder no es nadie y va desnudo y boquiabierto. Además, jamás sospechó que algún día Andalucía podría crecer mentalmente y las mentiras de ayer carecen de crédito hoy.

17 marzo 2011

LA FALLIDA COMPETENCIA EXCLUSIVA SOBRE LA GESTIÓN DE LA CUENCA DEL GUADALQUIVIR


Como sabemos, el Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucional la competencia exclusiva sobre la Cuenca del Río Guadalquivir regulada en el artículo 51 reformado Estatuto de Autonomía de Andalucía. Por tanto, ese artículo se queda fuera del acervo normativo de la Junta de Andalucía.
De esa manera hace aguas –nunca mejor dicho- la competencia estrella de la reforma del Estatuto de Autonomía de 1981 y, por tanto, el sueño megalómano de un político irresponsable como es Manuel Chaves que, a pesar de la opinión en contra de la entonces Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona,, de las otras autonomías socialistas vecinas –Extremadura (que fue la impugnó al Tribunal Constitucional) y Castilla-La Mancha- y de los colectivos ecologistas, de regantes y científicos, se empeñó en conseguir esa competencia gracias a su alta posición política en el partido y, por qué no decirlo, a la debilidad política del Presidente Zapatero que no quiso contradecir a uno de sus barones más caprichoso y pertinaz que, además, es el Presidente del partido.
Pero aquí la responsabilidad no es sólo del PSOE; también lo es –aunque en menor medida- del PP y de IU que debieron de anteponer la responsabilidad y respeto constitucional a la futura captura de votos. Lógicamente, el electorado andaluz cuando votó favorablemente la reforma del Estatuto poco sabía, pero hubiera sido necesario que la clase política andaluza hubieran actuado con más responsabilidad ya que la Constitución en su artículo 149 establece claramente que es competencia exclusiva del Estado “la legislación, ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos hidráulicos cuando las aguas discurran por más de una Comunidad Autónoma las cuencas de los ríos”. En muchos casos el legislador es poco claro y preciso, pero en esta ocasión sí lo es. Por tanto, está claro que no es un río únicamente andaluz sino mestizo. Es lo que tiene esto de vivir en un Reino de Taifas.
Además, me resulta penoso que se le atribuyan gentilicios a ríos, mares, montañas o cigüeñas, porque que yo sepa el Guadalquivir no lleva sombrero de ala ancha ni viste de faralaes. Ya sólo hubiera faltado que dijeran que el río es sevillano, creando el desconcierto en las provincias de Jaén, que es donde nace, en las de Granada y Córdoba que es por donde pasa su mayor afluente, el Genil, y en la de Cádiz que es donde desemboca.
También resulta sorprendente que una comunidad autonómica hermana haya sido la que ejerza de Judas. Será porque entre ellos se reconocen a la perfección y se vigilan en consecuencia.
Que la competencia exclusiva recayera en Andalucía creó mucha preocupación, principalmente en los colectivos a los que realmente les interesa el río o viven gracias a él. Efectivamente, los ecologistas y las comunidades de regantes pusieron el grito en el cielo sabedores de cómo cuida los asuntos medioambientales el gobierno de la Junta de Andalucía, que sólo parece ver oportunidades crematísticas en cada una de las competencias que asume. Por eso, esos colectivos ayer estaban de fiesta.
Otro aspecto a considerar es en qué situación quedará esa mega Agencia del Agua, que se ha fusionado con la antigua EGMASA, creando la nueva Agencia del Agua y del Medio Ambiente. Se contabilizan un total de 700 empleados públicos los que se transfirieron desde la Administración Central del Estado a la Junta de Andalucía y, lógicamente, este colectivo querrá saber cuanto antes en qué situación quedarán.
Además, ¿qué ocurrirá si determinadas actos administrativos ya resueltos se declaran nulos toda vez que la competencia era ilegal? Muchos interrogantes se plantean ante esta irresponsabilidad política a que nos tienen acostumbrados nuestros infames políticos.

09 marzo 2011

HOJA DE RUTA DE LA CORRUPCIÓN ANDALUZA


No hay mañana que no nos desayunemos con un nuevo caso de irregularidad en el seno de la Junta de Andalucía. Y es que treinta años de tapado, una vez destapada la caja de los truenos, lógicamente deben de dar mucho de sí. Sobre todo si esa especie de sueño de Morfeo en el que hemos estado sumidos los andaluces llega a su fin de una manera abrupta.
De hecho, ante tanta supuesta corrupción, es necesaria ya cierta agenda, algo parecido a una hoja de ruta que permita poder manejarnos sin perdernos por ese proceloso mar oscuro de los tejemanejes institucionales de esta Junta tan lastrada por los escándalos.
Las irregularidades de la administración paralela, creada al margen de la oficial, repleta de contratados afines al partido en el poder, los ERES irregulares, los fondos de formación y las ayudas al empleo es mucho más de lo que una mente sensata y honesta puede retener. De ahí la necesidad de esa hoja de ruta.
Existe una clara competencia interna, una especie de podium en el que sería preciso colocar cuál sería el caso que obtuviera el primer puesto, el segundo o el tercero. No es algo que sea fácil conocer a simple vista, pero mucho me temo que el asunto de las ayudas al empleo por tratarse de fondos europeos es el que más preocupa a propios y extraños. De hecho, la Fiscalía General del Estado sí parece haber tomado buena nota de este asunto no sabemos si por iniciativa propia o inducida. Es más, la Oficina de Lucha Europea Antifraude (LOAF) ya parece estar trabajando y todos sabemos que con los órganos europeos no se juega y de nada serviría invitarles a unas cañas por ese maravilloso casco antiguo sevillano ni hablarles de efervescencia de la primavera en el Rocío, ni siquiera de la emoción telúrica de la “madrugá” sevillana.
Pero veamos. En estas cosas de acusaciones varias e irregularidades por doquier hay que ser serio y riguroso. No se trata de buscar el objetivo de derribar a un gobierno de treinta años ha ni siquiera al partido que lo sostiene. Se trata de pedir responsabilidades políticas, administrativas y jurídicas por gestiones deshonestas y mal uso de los fondos públicos con independencia de color político. Que otros quieran sacar tajada política será su propio problema, pero el interés de los ciudadanos no debe ser otro que la transparencia, el control de la legalidad y la eficaz utilización de nuestros impuestos. Con eso bastaría.
De toda esa hoja de ruta señalada seguramente habrá conexiones o, es posible, que todo esté más conectado de lo que creemos.
De hecho, los empleados públicos andaluces llevan meses denunciando que esa administración paralela escapa al control de los procesos administrativos y fiscalizadores que todo buen gobierno debe confiar a una función pública profesional e independiente. Por tanto, no debe de extrañar que la insistencia por parte del gobierno andaluz de crear esa administración paralela manipulable y cesante no sea más que la base para poder seguir manejando asuntos irregulares que ahora se están investigando. Por ahí podrían ir bien encaminadas las pesquisas y por eso es tan importante escuchar a los empleados públicos, que se están convirtiendo en garantes de una legalidad que el gobierno al que sirven no garantiza.

Publicado también en el digital Por Andalucía Libre

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...