31 agosto 2014

CUATRO REYES, CUATRO CABEZAS

Leo con asombro y mucha indignación que el rey viene a pasearse y de camino ver gratis total al partido inaugural de la selección española de baloncesto. Viene a Granada, que es una ciudad a la que siempre gustar venir y mucho más si te traen gratis -gratis para él, sí, pero con los impuestos de todos los españoles- y de camino comes a cuerpo de ídem y acabados los fastos, tan ricamente te devuelven a tu palacio o donde diablos viva ahora el rey.
Porque se no se trata del rey actual, sino del rey padre. 
Pero en qué quedamos, ¿en que ahora tenemos dos reyes y dos reinas? O sea, que somos el país pobre de la Europa rica con monarquías con mas reyes, a excepción de la muy monárquica Gran Bretaña. Es decir, cuatro presupuestos distintos y diferenciados. O sea, en palabras más llanas: mucho más gasto que con anterioridad. 
Más gasto, sí, sí hacemos pequeñas aritméticas: los reyes viejos mantienen sus sueldos como antes y todos los gastos de representación y nadie nos ha dicho que se hayan ido de Zarzuela (al menos yo no lo sé); los reyes nuevos doblan su sueldo y asignación, más gastos de representación al pasar de la categoría de príncipes a reyes; y para colmo sus descendientes -o alguna de ellas, no lo sé- pasan a la categoría de princesitas, con las asignaciones correspondientes. Mucho trabajo de guillotina para los revolucionarios franceses si estuviéramos en 'La France' de 1789. 
Qué tomadura de pelo para este paupérrimo país, exento ya no sólo de riqueza y recursos económicos sino de moral y ética alguna. Qué manera de abusar del pueblo llano, que obviamente alguna parte de culpa tendrá cuando admite a bocanadas todo este tipo de abuso y atropellos. Qué vergonzosa forma de ofrecer privilegios a quien no se los merece porque levita sobre ellos la sombra de la corrupción y la opacidad y para colmo no han sido votados.
Me pregunto cómo podremos librarnos de tanto parásito. Porque cuando más parece que se inician nuevas iniciativas para descolgar de la poltrona a tanto vividor, más se ahonda en proporcionarle privilegios. Pasamos de tener dos reyes  a cuatro y todo se hace sin el más mínimo pudor, además de con el cinismo bien diseñado por el gobierno y los medios de comunicación rastreros de hacernos creer que todo eso es para diseñar unas instituciones más modernas, flexibles y que conlleven menos gasto. Pero ¿a quién creen que engañan con tantas monsergas? Lo único que tienen es el poder, no la razón ni la verdad.  
Es tanta la vergüenza que da todo esto que sospecho que la única de combatir este abuso continuado sólo deja margen para dos posibilidades, a lo sumo tres: 

1) Irse para siempre de este país de mierda.
2) Votar a opciones totalmente contrarias a las actuales.
3) Utilizar la vía de la violencia, totalmente justificada cuando se trata de derribar abusos y componendas lesivas para la ciudadanía. De hecho, esa violencia dada en las grandes revoluciones es la que permitió que a día de hoy el orden mundial no sea tan perverso como lo hubiera sido de no haberse producidos éstas, principalmente la Francesa.

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