12 enero 2014

CINE: LA DUDA (USA, 2008)

'La Duda' es una película que va camino de tener seis años, pero a mí me parece tan genial como el primer día. Una de esas películas que cuentan con todos los ingredientes para integrarla dentro del gran cine: guión, dirección, interpretaciones, fotografía, diálogos, temática, ambiente...En mi opinión lo tiene prácticamente todo. Cuando la vi por primera vez el año de su estreno comprendí que estaba ante un futuro clásico y estuve buscando el BD, hasta que por fin en una generosa oferta lo localicé y adquirí, porque sabía que la fotografía del inglés Roger Deakins en alta definición iba a ser un espectáculo. No me equivoqué. También es excelente en 5.1 DTS.
De 'La Duda' se puede escribir mucho, ya que cada aspecto de la película, tanto los técnicos como los artísticos y literarios, merecen un capítulo aparte. Pero, mucho mejor es referirme al conjunto, a ese estado de gracia en el que nacen muy determinadas películas. Un estado de gracia que pasa por una conjunción tanto de actores como de guionistas o el mismísimo director.
Parte importante de ese mérito en esta película se debe a su director, el norteamericano John  Patrich Shanley, que también es el guionista. De hecho, se ha basado en su propia obra literaria, ganadora de un Pulitzter y de un premio Toni de teatro. De hecho, el mismo nos cuenta que 'La Duda' refleja el ambiente del colegio en el que él estudió en 1964 en la ciudad de New York y que, decidió irse a ese mismo lugar a grabar la película. Por tanto, estamos ante una obra que sin ser biográfica, nace con conocimiento de causa, si bien poco se refirió a si lo que centra la temática del film pudo ser real o no, a pesar de que no es un asunto nuevo, ya que esa 'duda' en la que se centra esta película ha salido a la luz pública y no pocos escándalos ha tenido que tragarse el Vaticano en lo que se refiere a la pederastia y la homosexualidad en el credo.
No obstante, yo diría, que ni tan siquiera ese tema tan crucial es el centro neurálgico de la ´rama aunque, indudablemente, lo parezca. El centro en sí está en esa 'duda' que levita en el ambiente y que crea dos posiciones antagónicas, que son de poder y de ego, dicho sea. Asimismo, refleja dos formas antagónicas de entender la iglesia. El espectador, siempre podrá decantarse por alguna de las partes, que es lo que parece pretender la película en sí. 
En fin, muchos matices que podrían rellenas páginas y páginas y el siempre certero deseo de poder verla repetidamente, pudiendo descubrir siempre más matices, que es algo muy propio de las obras maestras.  

1 comentario:

  1. Pues ahora, luego de leer tu post, ya tengo claro lo que quiero ser de mayor: «Infanta de España»... aunque el careto de mi papá no salga en los billetes.

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Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

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