03 diciembre 2013

MICRORRELATO: DOS PERROS HABLAN.

Esto que ahora relataré podrá parece increíble y ciertamente lo es: yo en una ocasión vi a dos perros hablando. Estaba lejos de ellos, como a cincuenta metros, y lo primero que presencié fue algo muy común: dos perros andando juntos. Podrían ser de esos que, habiendo nacido en la misma camada, han adoptado la costumbre de ir siempre juntos; o bien, podría tratarse de un macho y una hembra, ambos en celo, buscando la oportunidad para aparearse. Me acerqué al observar algo extraño en la actitud de ambos.
Y entonces fue cuando los vi hablar. No les escuché, pero uno movía la boca mirando al otro y ese otro atendía atentamente lo que fuera que el primero dijera. Iban paseando como dos personas, andando al mismo par y la escena era idéntica a la que protagonizan dos personas cuando van paseando y charlando. Así que no pudiendo ocultar mi cada vez más creciente curiosidad me acerqué. Y eso sólo sirvió para corroborar lo que ya sospechaba: los perros se hablaban entre sí. ¿De qué? No lo sé. Ya digo que no pude escuchar nada, ni tan siquiera un ladrido, que se supone que es el lenguaje de los perros. Pero sus respectivos movimientos de boca evidenciaban que articulaban palabras o lo que fuera. Entonces me acordé de lo que se decía en mi casa del perro que teníamos cuando yo era pequeño: tan sólo le falta hablar. 
Al menos estos dos parece haberlo conseguido, me dije. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sin tu comentario, todo esto tiene mucho menos sentido. Es cómo escribir en el desierto.

UN NUEVO PROYECTO ARRIESGADO

  Tras acabar mis dos últimas novelas, Donde los hombres íntegros y Mi lugar en estos mundos , procesos ambos que me han llevado años, si en...