11 abril 2013

REGRESO A LOS CAMINOS (OTRA VEZ)


Regresar a los caminos y retirarse. Dos caras de una misma moneda. El Yin y el Yang. Una parte importante de la 'Biblia' del corredor. 
Casi dos meses refugiado, esperando a que cierre la microrotura fibrilar en el gemelo interno izquierdo. Dos meses de paciencia hagiográfica, alternando las largas caminatas, con la MTB, las sesiones de elongamiento, las sesiones de abdominales, las sesiones de fisio. O sea, nada ocioso. Porque de lo que se trata es de hacer todo lo posible para comenzar a correr de nuevo. Y sí, ya estoy corriendo de nuevo. Cuatro sesiones suaves ya cumplidas, con un total de 36 kilómetros -el último con mi compañero de trabajo Juan Carlos Alvarez, por la zona del Pantano del Cubillas-. Y todo bien. Bastante bien. 
Y de cada sesión saco consecuencias positivas y nuevas experiencias; de cada lesión aprendo. Principalmente, intento aprender a no lesionarme de la misma manera; a afinar una vez más el oído para escuchar al cuerpo, a no forzar cuando se enciende alguna luz roja, a aprender a entrenar descansando, a admitir que el cuerpo -como las máquinas- se desgasta por el mero paso del tiempo y la actividad. Y un largo etcétera. Hay que cuidarse al máximo, hay que prevenir.
De esta nueva etapa, además, me he interesado por las nuevas tecnologías que la industria de la fisioterapia pone a nuestra disposición. Información que adquieres cuando acudes a las sesiones de fisioterapia, aparatos que ves, por los que preguntas y sobre los que descubres que también el mercado dispone de ellos para el ámbito doméstico.

A lo ya adquirido hace tiempo -electroestimulador Compex- como ya anuncié aquí, se une una lámpara infrarrojos, que debería de estar en la casa de todo corredor. La luz de infrarrojos ayuda a la recuperación; una vez aplicada la crioterapia inicial, el efecto calor de este tipo de foco, ayuda a acelerar la recuperación, toda vez que la alta temperatura provoca una penetración a través del tejido de la piel produciendo, entre otros muchos, un efecto anticontracturante y ayudando a bajar la inflamación si la hay; además produce un mayor y mejor crecimiento celular. 
Lógicamente, hay que tomar medidas en la aplicación local, pero todas las lámparas -que además son económicas- vienen con las instrucciones precisas para su uso, que es fácil y cómodo. 

También he adquirido algo más sofisticado y que está comenzando a penetrar en el ámbito doméstico. Se trata de un aparato de ultrasonidos portátil. Lo suelen usar mucho los fisios en las lesiones y es muy efectivo para una enorme cantidad de dolencias y lesiones, que van desde la ciática hasta las contracturas, pasando por la tendinitis, epicondolitis, lumbalgia, artrosis y un largo etcétera. También tiene programas relacionados con la estética y el cuidado de la piel, pertenecientes al moderno campo de la cavitación. Es un producto, aún, algo caro. Lógicamente bajará de precio cuando forme parte de la electrónica de consumo, pero eso no es probable que ocurra en mucho tiempo, como no está ocurriendo con los electroestimuladores de calidad.        
Lógicamente, no pretendo montar en mi domicilio una consultar de fisioterapia, entre otras cosas porque no poseo esa titulación y tengo otra profesión muy distinta; ni tan siquiera una de quiromasaje. Además, hay excelentes fisios que hacen su trabajo muy bien (¡qué haríamos sin ellos!). 
Tampoco sustituir las seguras sesiones de fisio que tendré que asumir en el futuro, nada de eso, pero sí procurar una prevención y una más pronta recuperación si vuelvo a lesionarme, que seguramente ocurrirá tarde o temprano. 
La tecnología doméstica al servicio del corredor aficionado. Y eso suena bien.    

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