14 febrero 2016

CINE: EL DESAFIO (THE WALK) -EEUU, 2015-

Una película dirigida por Zemmeckis siempre es una buena noticia. Además, la historia que se cuenta es de las que podríamos denominar como extraordinaria. Basada en las memorias de Phillippe Petit, el equilibrista francés que en 1974 dejó al mundo helado al atravesar en una cuerda metálica los cuarenta y siete metros que separaban las ya desaparecidas Torres Gemelas de Nueva York, a punto de inaugurarse.  
Se trata de ese tipo de películas que han de contar a lo largo de dos horas lo que se podría contar en mucho menos tiempo. Se supone que ahí radica el talento del director: acometer todo ese relleno de manera convincente. Y que no aburra. 
A mí esta película me parece fantástica en su tramo final, que coincide con la gesta nuclear del film; es más, he de admitir que esos minutos están llenos de enorme poesía, emoción, mucho vértigo y una fotografía realmente impresionante. Dicho ésto, también he de admitir que todo lo demás me interesa mucho menos, a pesar de que la historia no está mal hilvanada, sin que  se haya de  excluir algunos minutos de aburrimiento. 
Todo ese proceso de transformación de una persona que tiene un sueño no es fácil de contar, ni tan siquiera para un director veterano y consagrado como Zemmeckis. No obstante, no sale mal parado, siendo las interpretaciones medianamente convincentes, pero no rayando a gran altura. No obstante, hay que decir que el papel protagonista le va como anillo al dedo a Josep Gordon-Levitt, que me gustó mucho en la buena película 50/50, de 2011. 
Tal vez la película hubiera crecido enteros si mi admirado Ben Kingsley (uno de los mejores actores de todos los tiempos, en mi opinión), hubiera tenido más protagonismo, pero seguramente que su magnetismo ante la gran pantalla hubiera restado protagonismo a la historia y eso lo saben los directores cuando dirigen a actores de tal nivel. 
La BSO corre a cuenta de Alan Silvestri, que podría pasar por seres el compositor de cabecera de Zemmeckis y que saboreó las mieles del éxito componiendo la trilogía de Regreso al Futuro, Forrest Gump, Polar Express...Se podría decir que ha estado presente en gran parte de las películas de éxito de este director.  
En líneas generales, es una película muy recomendable, aunque tan sólo sea por esos minutos mágicos finales a los que me refería. Hubiera bastado con cuarenta minutos menos, pero no siempre el metraje de la película coincide con la opinión del director; en más ocasiones de las necesarios es el productor el que decide, sobre todo porque es el que pone los cuartos.  

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